Magali Weaver
Libros de Magali Weaver (4)
Atrapando al jefe de mi ex
Urban romance "Ella soñaba con embarazarse de su esposo, pero él, la engañó con su mejor amiga y tendrá un bebé con ella..."
Arianna, pensó que aspiraba al puesto de ejecutivo junior. Sin embargo, estaba equivocada.
Aquiles D'Amico, lo que buscaba era una...¡Celestina!
Aquiles era rico, intimidante y dolorosamente atractivo, de modo que, ¿para qué necesitaría que alguien lo ayude a conseguir pareja?
Fácil, no está dispuesto a enamorarse.
Pero, la atracción será innegable.
La tentación por aceptar un acuerdo privado, irresistible.
Ellos están seguros de poder manejar la situación. No obstante, enfrentarse a los celos de un exmarido obsesionado, y un socio traidor, no será fácil.
Advertencia: Contenido sexu@l/amigos con derechos/JEFE-EMPLEADA /EMBARAZO/POSESIVO/TÓXICO/MUCHO DRAMA Amor mío, te detesto
Romance «Admite que me deseas, que añoras lo bien que te hacia sentir y que nadie va a poder darte lo que yo te di ».
«¡No! ¡No te deseo y nunca volveré a confiar en ti! ¡Nunca volveré contigo! Casarme contigo fue mi peor error». Suspiré al sentir que me apretaba contra su pecho duro.
« ¿No? Tu cuerpo me dice lo contrario». Sus labios acariciaron suavemente los míos.
Treinta días, solo debíamos mantener la farsa por treinta días de aquel matrimonio acordado y luego todo se habría solucionado. Iba a ser muy fácil, solo tenía que pulirme un poco para parecer la esposa de clase perfecta, y el resto sería pan comido. Él iba a obtener el trabajo de sus sueños y yo recuperaría mi dinero. Solo teníamos dos reglas:
No consumar.
No enamorarnos.
Pero a veces las reglas se crean solo para romperlas...
Y por muchos planes que realicemos, difícilmente podamos controlar el amor.
Cameron Hamilton es un abogado meticuloso con aspiraciones a manejar el legado familiar, un hombre que cree tener todo planeado y bajo absoluto control, mientras que Tessa Joyce es lo que podría llamarse un desastre de cabo a rabo que no para de meterse en problemas. De mundos diferentes y sin nada en común, estaban destinados a nunca conocerse. Sin embargo, una noche de tragos en Las Vegas puede poner el mundo de ambos, patas arriba. Los Demonios de Hades
Romance « Castigame». Me pidió, entre gemidos temblorosos.
« Te voy a dar una lección, una dura lección; sobre porqué un ángel nunca debería tentar a pecador». Le susurre, mientras la sentía ardiendo contra mi piel.
Una vez que te has sumergido en el inframundo, ya no hay vuelta atrás.
Hades, intentará proteger a esa rubia tentación, que no le teme a sus demonios, de su ex novio mafioso y abusador. Sin embargo, una vez que la convierte en suya, el deseo por conservarla y devorarla con sus llamas hasta consumirla es demasiado intenso como para resistir.
Debería dejarla libre...
Debería alejarla...
Eso es lo que haría cualquier hombre bueno, pero Hades, no es un buen hombre...Él, es el rey del inframundo. Le puede gustar
Juego de ambición
Katherine Petrova -¿Cuánto tiempo? -escupe Katherine, con los ojos llenos de odio.
-No importa -susurra Alexander, con el rostro tenso.
-Por supuesto que importa -Lya se pone de pie, con el labio partido temblando, el corazón desbocado, sin importarle que está desnuda-. Porque estoy embarazada.
El silencio cae como un trueno en la habitación, haciendo que el aire se vuelva más pesado.
Alexander la mira fijamente, frunciendo el ceño, incapaz de creerlo.
Katherine jadea, como si le hubieran arrancado el aire de los pulmones.
-¿Qué acabas de decir? -murmura él con un tono frío.
Lya coloca una mano temblorosa sobre su vientre. Era ahora o nunca.
-Voy a tener un hijo tuyo... y es un niño.
Katherine se queda inmóvil. Ella y Alexander nunca habían podido concebir. Y ahora, la otra mujer, la amante, le había dado lo único que siempre había deseado.
-No... eso no es posible -susurra Katherine, negando la realidad, relajándose visiblemente en los brazos de su esposo.
Pero la verdad está justo frente a ella, y el veneno en su mirada se vuelve letal.
-Si crees que te dejaré quedártelo... estás equivocada -la voz de Katherine es letal-. No tendrás nada.
Lya mira a Alexander, buscando algo... cualquier cosa... pero él solo aparta la mirada.
-Vístete y lárgate -fue lo único que dijo.