Un estrella en mi recuerdo

se debe de fiar de mí, tengo detrás a dos chicos de seguridad. Intento da

uando venía con mi hermano Carlo. Veníamos aquí, cuando salíamos de fiesta y mientras mirábamos el paisaje, hablamos de la mierda de la vida que nos ha tocado vivir. No le gustan los negocios,. Se describía como un bohemio, un

favor –oigo que me dicen. Giro la cabeza un poco, sólo hasta ver quién me

él. Le tengo a dos metros de distancia, me fijo

rca a mí, despacio, me acaricia la mejilla. Me aparto, el roce de su mano quema, aunque me gusta su contacto. Él quit

isa preciosa si, pero muchísima tri

s claras –mira a los de seguridad –desde

lí a pasear también para pensar. Pero no ayudó nada. A ti, te

Pues sí que hacem

lorar. Que patética. Me gusta y mucho. Le veo irse, pero se vuelve a mirarme –me he enamorado de una chica increíble, no la

la persona que te gusta. Vuelvo a casa caminando despacio

do las escaleras de la casa –tienes que e

a cosa, después de dar el sí quiero, olvídate de que tienes una hija. Nos estáis obligando a los dos, a una vida de mierda, no vuelvas a dirigirme la palabra –miro hacia donde están mis dam

o la frase de mi madre, la

n a mi lado, que me quiere –miro a mi padre, que con lágrimas en los ojos, asiente. Beltrán se acerca quie

que cambia la gente, cuando no tiene

negocios. Mi hermano tiene razón, lo que nos dijo por la noche, es verdad. De cara

os horas, de entrar en el infierno. Te veo a las puertas –me limpio las lágrimas. Me dirijo a la puerta, Giovanni me ofrece un pañuelo, nuestras manos se rozan. Vuelven a saltar chispas. Su presencia me pone nervi

escargar y le tocó. La hice deshacer el moño, media docena de veces, para luego elegir melena suela con flores cayendo en cascada por ella. Tocan a la puerta y

na, sonriendo antes de morir en vida. Luego me abraza fuerte y me dice al oído –no somos como nuestros padres. Sabes que puedes contar con l

e todo y contra todos. Visto de otra manera, ellos

uiero, verdad? –y nos damos un abrazo en grupo, como cuand

e nada. Solo mira y remira. Hasta que se da cuenta que mi

, cuando salen cierran la puerta –estás guapísima Bella. Pero tu cara no concuerda con el día ni el vestido. Mira.. sé que no tengo derecho

to a las mariposas del estómago. Las lleva a la boca, para besarlas. Se queda un rato oli

a sabido que eras tú…-coge aire, respira hondo –sé que algo sientes por mí –asiento, pero no hablo –lo que peor llevo, es saber que vas a compartir cama con mi hermano, te va a tocar…sólo con ver que te mira, me enfer

star juntos. Salvatore desde fuera, pica sin entrar, nos dice que espabilemos, que se van a poner nervio

ner cuidado. Si vais a estar juntos, ser discretos. Sé que te va a cuidar, eso no me preocupa, é

ido de su brazo, le apretó fuerte y él hace lo mismo con mi mano. Miro al altar y veo a Beltrán, detrás de él Giovanni. Mi corazón

emonia corta

n era decir que no, pero por encima de su hombro vi a su hermano, entonces imaginé que era él, con el que

pero la detengo antes de que lo haga. Debe de pensar que

si no quieres una escena. Ya no estoy bajo tu man

un beso en la mejilla –enhorabuena. Hermano, no seas c

puedes conseguirme una sala privada? –le miro con cara de asco, por lo menos, que no lo cuente a

ntes contrato un stripper, mira, puede que alguno de mi

. No lo hice tan mal, creo que al infie