Sugar Mommy
omedor. Había silencio y se notaba la distancia entre ellos. Por suerte les había avisado para lograrse separar a tiempo oportun
atando de recuperar el al
¿Qué tienes, Heleanor? Estás toda roja. -Hedrick miró por el rabillo del ojo hacia donde estaba ellas.
dado con el resfriado -dijo ell
anna. Agarró su bo
donde estaba Heleanor. La agarró con suavidad por el cuello, mientr
seguro de esto que estaban haciendo. Solo sabía que los be
arriba abajo con la lascivia, reflejándose en sus ojos azules al saber que no ten
reocupada e ingenua, al desc
maligno y hacerte estremecer todo el cuerpo. -Hedrick le guiñó el ojo y se separó de ella con una extensa s
al forma que Hedrick al recordar aquella pregunta, que le había hecho cua
e sido descortés contigo, así
ebo, que si e
loneta corta y una chaqueta deportiva, todo ese conjunto era de color negro, a excepción del suéter y las zapatillas de m
rte, así que ten cuidado de que no
dijo Heleanor, moldeando una
ha
del puesto del conductor de una camioneta gris-. Te he
as llantas -respondió Hedrick, abriendo la puerta del copil
corazón -respondió Aaron,
uto para ir a la universidad, pero si pa
arro. Pero no pasó mucho tiempo cuando se toparon con Hanna, que
. ¿Ya no l
nía amarrado en una cola de caballo; rara vez utilizaba otro corte de pelo. Tenía cuarenta y dos años, y emitía un a
ó la cabeza, saludándola-. ¡Señora mamá de Hedrick! -exclamó él con voz coqueta y llena de confianza, intentando en vano de
lo -comentó Hedrick, impacient
. Pero nada más puedes decirme, señora Ha
iga, señora m
na miró a Hedrick; él negó con la
e, conduce con
Hedrick -dijo Aaron, viendo c
para que vuelvan a perder con los de administración -dijo
salmado, aburrido y un agua
, que todavía estoy
lentes de sol negro y miró a sus amig
y ya no vendrían -dijo el mismo
uipo de Hedrick: azul y negro. Pero también había diez lindas muchachas, b
ron, colocándose frente al líder de los de admin
o todavía y del que la habían dicho era el arquero. Él se veía tranquilo y pasivo; so
ándolo. Estaba seguro de que e
r -respondió
disfrutar de u
los defensas y Andrei el portero. Puestos en orden y ambos lados de la cancha, empezaron el juego. Las chicas animaban y ellos corrían de un lado para otro y en todas las direcciones. Golpeaban c
la ropa deportiva de sudor, como si se hubiera dado un baño. El
stración, respirando con dificultad, mientras se apoyaba con
oj y ya eran las siete y media de la noche. Por lo general, siempre terminaban a
-respond
istración estuvieron cerca de hacer el tanto, pero Andrei logró rozarlo e hizo que, se es
balón, pues el rebote la había caíd
Hermes Darner salió a su encuentro con destreza y habilidad y consiguió desviarlo. Ambos chocaron y cayeron al suelo y dirigieron la mirada a la pelota, que rodaba lento. Pero pegó el poste y apenas traspasó la línea de me
eno -dijo Hedrick, ayud
uy bien -res
a ir a una pequeña fiesta co
darlos a ganar -dijo Hedrick, man
trabajos -comentó Hermes. Sacó unas gafas
jo Aaron, abrazando a una de las chicas y después abrigó a
y se marcharon, dejánd
s. Pero bueno, ¿trotamos? -preguntó Hedr
orrer -resp
n a paso parejo por los andenes de la carretera, h
ugado contigo, Hermes
digo, Hedr
e partido, ahora se sumaba el de la larga marcha. Abrió la puerta de su
Hanna. Estaba sentada el sofá v
o cansado, iré a re
omer. Ahora voy a ducharme -dijo
pasado entre ellos, eso era una evidente invitación, ya que los días pasados, se encargaba de cerrarlas con llave, para que no