Sugar Mommy
cines; los asientos eran escalonados y el tablero blanco, incrustado en la pared, parecía como el de una gran pantalla de un televisor. Había heredado los ojos azules cla
ban las matemáticas y también la lectura. Llevaba puesto un pantalón negro y una camisa azul royal de mangas largas. Atento, apuntaba notas de lo que decía el profesor. Era de tarde y esta era la última materia, que vería en el día. Pero ya el cansancio lo hacía suspirar con somnolencia. Luego
vez en cuando, jugaban microfútbol con los de administración, por lo que tenían buena condición física-. Hoy es viernes e iremos a un bar p
dole las manos y siguió camina
que muchas se te han declarado, no le has prestado atención a ninguna... Eres todo un rompecoraz
todavía no tengo nada que ofrecerles y no quier
ro que, si alguien te toca, se le limpiarían los pecados -bromeó Armand, el tercero. El cual ostentaba la vista y el ca
ncontraras a tu media naranja y la que por fin te logre quitar la castidad, Hedrick -dijo Aaron, levantado el puño-. Hoy
rdoso campus y sus amigos, seguían insistiéndole, hasta que llegó
recordaba cómo era que se había hecho amigo de esos tres molestos y ruidosos chicos. Sonrió, era bueno tener compañeros de personalidades
rick. Se sentó en el mue
ena, ya casi la termino -respo
encendiendo la televisión para distraer
a dicho su único hijo. Llevaba puesto un vestido holgado color gris y el cabello azabache, lo tenía amarrado en una
acabarse y se veían en la obligación de usar su casa como posada, para tener ingresos económicos. Pero por suerte era para alguien conocido. Aunque, sabiendo las amistades de su madre, debía ser una mujer conservadora y poco agraciada, y que, quizás, ya estaría rond
quí antes de que lle