Una noche en las vegas
sociales, nunca habÃa sido tan social por causales de su crianza, su padre siempre le habÃa dicho que no se podÃa mezclar entre los hombres ya que el resto de personas puede llegar a creer que es una
etraÃda, ni siquiera en su lugar de trabajo tenÃa amigos y con la ún
Morri
él desde el momento 1 que comenzó a trabajar para él y es que el hombre da esas vibras oscuras y misteriosas que a las mujeres les suele gustar, nadie sabÃa absolutamente nada de su vida privada,
su deseo no era terminar como secretaria, Morrison Corporation le ofreció un gran sueldo con el que puede sostenerse cómodamente. Cuando e dijeron que habÃa quedado seleccionada celebro sola en su pequeño departamento con una botella de vino, pero solo basto una sola copa para
aclamado elevador, todos los dÃas un ataque de claustrofobia la atacaba y lo sabÃa disimular perfectamente, pero afortunadamente en el dÃa de hoy la caja de metal se encontraba des
. Pe
rita Rowtter. sal
quebró un poco gracias a los nervios de
ana viajaremos a las vegas, tengo unos socios con los cuales hablar y
hora pa
n las vegas lo antes posible para org
nte con su cabeza.
ya preparando el avión, no quiero que se presenten lo
rporation. varios papeles llegaron a lo largo de toda la mañana lo cual todo indicaba que a cada minuto Alida debÃa ver a su intimidante jefe el cual era parecido aun tempano de hielo, organizo los últimos pap
no le gustaba ver a su jefe a los ojos porque sentÃa que p
vÃo el departamento de economÃa. - le tiende l
erando estos papeles.
más? -pregunta la
a no señor
tá b
ió al ver el vaivén de sus caderas, llevaba una coleta alta que lo hacÃa imaginar agarrándola mientras que l
almado gracias a sus pecaminosos pensamientos, pero era inevitable no sentirse atraÃdo por una guapa chica como lo era Alida Rowtter, pero de algo estaba seguro y es que él no la m
su oficina, Christopher su me
so, sabÃa que no tenÃa amigos porque siempre la veÃa sola caminar por los pasillos y no estaba incluida en los chismes de oficina, por una parte, estaba
ó y se dirigió a la parada de autobús donde esperarÃa su medio de transporte, relámpagos comenzaron a iluminar el cielo oscuro, Alida maldijo por lo bajo al rebuscar en su bolso y n
Ãa a la perfección, era el auto del señor Morrison. La
al auto y este se coloca en marcha y como por arte d
as acomoda unos cuantos cabellos
me sirves que estés enferma. -suelta con brusquedad. Ella simplemente
Subway, desde allà podre t
mpo posible con ella en un espacio tan reducido como lo era el del auto.
be dónd
e habÃa buscado información acerca de la ojiazul. - me gusta
z de revelar info
sabÃa cómo explicar, pero le habÃa guastado. -pasare a buscarte y quiero verte lista cuando llegues, sabes que odio las demoras, empaca ro
or sus fuentes inhibitorias hicieron corto. - Arthur me comunico que lo más probable es que se prese
otos de la ciudad, claro qu
nta Alida con ceño fruncido gracias a la
dÃa moriremos, pero mi
callar, después de todo este era su trabajo
a la ciudad, pero no podÃa mandar en lo que hacÃa o no su secretaria, por lo menos el edificio donde vivÃa era lindo y decente que el resto
- una débil sonrisa s
a ve y descansa que mañana
ñana señor
ñana señor
rió tratando de cubrirse de la lluvia y funciono un poco porque no t
os se amoldaban perfectamente a sus senos, gimió ligeramente cuando pellizco sus pezones, poco a poco sus manos fueron bajando hasta ubicarse en su intimidad, con suaves movimientos comenzó a darse placer imaginando que era su candente jefe. Una voz imaginaria con el mismo timbre de Gael le comenzó a decir que hacer para llegar lo más pronto posible al
áfico, una extraña sensación la invadió y tuvo la necesidad de tocarse y lo hizo, comenzó a conocer la anatomÃa de una mujer y cuáles eran sus puntos erógenos y en cuales causaba molestia. Tuvo una muy mala experiencia
rigió a su closet para sacar su maleta y la ropa que necesitaba
eciente en su bóxer, cada vez que cerraba sus ojos podÃa ver los de Alida vié
dice mientras que su mano s
e encanta verlas retorcerse de placer y de dolor a la vez, y es que sus gustos por el sexo son diferentes, el mundo del BDSM se volvió su medio para sentirse libre y poder d
boca, y es que esos zafiros que tiene por ojos son imposibles de olvidar y es que tienen ese toque de ternura que te cuestan creer que harÃan tal cosa como chupar una verga. El movimiento se vuelve aún más frenético cuando siente sus bolas ten
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