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La especialista
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Capítulo

Adeline Howland había visto sólo lo peor del amor, siendo una estudiante universitaria sin experiencia se dejó embelesar por un joven apuesto que la sedujo sin ningún esfuerzo y 3 meses después ya estaba prometida para casarse con él, en la noche de su ensayo de bodas su prometido se fuga sin darle ninguna explicación, 1 año más tarde después de arrastrar su desgracia a todos los ámbitos de su vida descubre una manera de superar la herida. Ella se transformará en una mujer calculadora que sólo busca obtener beneficio de los hombres, a partir de allí todas sus relaciones afectivas eran un negocio muy lucrativo, nunca más amor, solo beneficios y diversión siguiendo sus propias reglas, usando su belleza como ventaja su ingresa en el mundo que tanto le repugnaba, la “élite social” de hombres ricos y poderosos, con el único objetivo de ganar dinero y desquitarse de aquellos que se habían burlado de su dolor, así ella se había convertido en la “La especialista”, una mujer que podía transformarse en la acompañante perfecta de cualquier hombre con tan solo la firma de un contrato. Todo iba bien hasta que Cameron Black, un multimillonario muy apuesto y desesperado le ofrece 2 millones de dólares para contratar sus servicios, ella cae en la tentación y acepta el trato sin tener idea del lío en el que se estaba metiendo. ----------------------------------- Querido lector Esta novela es la primera de la serie Reinas del Hielo, muchas gracias por su apoyo constante, quiero más noticias sobre mis novelas, síganme en las redes sociales @marylundhautor

Capítulo 1 Una boda y un escape

Saint Joseph, agosto 2018

Uno pensaría que ser joven y bella era una gran bendición, pero con el paso de los años Adeline Victoria Howland comprendió que esa idea era totalmente errónea, ser joven era sólo una etapa de la vida en la que todos cometíamos errores y más aún si la madre naturaleza te había favorecido con un atractivo inusual. Su juventud estaba plagada de situaciones en las que ella debía haber sido más racional, más reflexiva, más fuerte, más ella, pero Adeline nunca se consideró una mujer muy inteligente, cuando sus padres habían insistido en que estudiara contabilidad en la universidad, ella como toda hija obediente se había esforzado para complacerlos, en su segundo año de universidad ya se había adaptado a la dinámica de la carrera y a las exigencias de los profesores, pero ese no era su sueño, solo quería ser la hija perfecta que sus padres querían tener, a pesar de que no era totalmente feliz todo iba bien en su vida hasta que lo conoció.

Era un día miércoles y ella caminaba apresuradamente para llegar a clases, como siempre despertaba media hora atrasada y luego tenía que correr para agarra el tren, estaba a punto de cruzar una de las calles que daba al campus cuando sucedió. Se le cayó uno de los libros en medio de la calle, se agachó para recogerlo sin darse cuenta de que venía un auto a gran velocidad y estaba a punto de atropellarle.

- ¡Cuidado! — gritó alguien

Ella levantó la vista viendo que una camioneta venía en su dirección, el shock le dejó inmóvil, su mente le decía levántate, corre, pero su cuerpo no se movía.

- ¡Dios mío!— dijo finalmente, pero alguien ya la había hecho rodar sobre su cuerpo y lo siguiente que sintió fue un golpe fuerte en la cabeza.

- ¿Estás bien? — repitió la voz, ella estaba mareada y sentía un dolor punzante en la cabeza

- Yo... yo creo que sí — respondió, ella se tocó la cabeza

- ¿Cuántos dedos ves? — preguntó levantando dos dedos a la altura de su rostro, fue entonces cuando ella lo vio. Su corazón se aceleró y se quedó sin palabras.

- ¿Te sientes mal? — agregó

- Estoy bien, me he dado un golpe en la cabeza — él la sujetó por la espalda para ayudarla a sentarse, empezó a revisar su cabeza en busca de algún sangramiento

- No hay sangre, supongo que no caímos tan fuerte

- Tú me salvaste... — él la miró con detenimiento y sonrió, en ese instante ella supo que estaba enamorada

- No fue nada, no iba a dejar que una mujer tan bella fuese atropellada — ella se sonrojó inmediatamente

- ¡Gracias! — alcanzó a decir antes de sentirse más incómoda, él volvió a sonreír

- La próxima vez que cruces la calle, asegúrate de tener bien sujeto los libros

- Por supuesto.... soy Adeline — mencionó al pasarle la mano, él le pasó la suya al tiempo que le decía:

- Mucho gusto Adeline, soy Nick

Después de ese encuentro accidentado su vida había cambiado, Nick se convirtió en el centro de su existencia, la invitó a salir varias veces antes de proponerle que fueran novios en ese mismo mes, ella estaba sorprendida con toda la atención que recibía por parte de él, y luego de 3 meses de novios él le había propuesto matrimonio inesperadamente

- Adeline, sé que nos conocemos hace poco tiempo, pero siento que estamos hechos el uno para el otro ¿Quieres casarte conmigo?

- Yo... — tenía dudas, sabía que tenía que decir no, pero sin embargo respondió — Sí quiero

- Por un momento pensé que dirías no — bromeó con ella, sin saber que estaba en lo cierto.

- Lo siento, me ha tomado por sorpresa — le dio una sonrisa forzada

- Ven vamos a celebrar…

- Nick... aun no he conocido a tu familia, en realidad tú nunca hablas de ellos

- No te preocupes, lo harás pronto, están ansiosos por conocerte

- ¿De verdad? — ella estaba intrigada, al parecer la familia de Nick ya estaba enterada sobre su existencia

- Claro, siempre hablo de ti, ellos estuvieron de acuerdo con nuestro compromiso — ella estaba demasiado contenta como para percibir el sarcasmo en su voz

- Tal vez deberíamos hablar con mis padres primero

- Lo que sea necesario cariño, solo espero que no cambies de opinión

- No lo haré — ella afirmó vehemente

Horas después ya dudaba de su decisión, su madre quedó tan sorprendida que apenas si podía decir algo coherente, su padre sin embargo estaba molesto, creía que su decisión era imprudente, en ese momento ella pensó que era un pesado tradicionalista, pero años después estuvo de acuerdo en que ella había sido una ingenua imprudente, más bien una estúpida cegada por el amor.

- Adeline sé que amas a ese joven pero sólo tienes 20 años, ¿crees que estás lista para casarte? — preguntó su madre, que era más paciente

- Mamá, tú te casaste casi a la misma edad que yo

- Eran otros tiempos, tú tienes mucho por delante

- Tu madre tiene razón hija, debes pensarlo mejor, apenas conoces a Nick

- Confíen en mí por favor — rogó casi con lágrimas

- Te queremos y nos preocupamos por ti, pero es tu decisión — concluyó su padre

- Gracias papá — ella corrió para abrazarlo

- Ya, no es el fin del mundo, solo te casarás — respondió el a su abrazo sin saber que en realidad la vida de su querida hija iba a cambiar para siempre

A la semana siguiente conoció a la familia de su prometido, ella siempre supo que él era de una buena familia pero jamás imaginó que pertenecía a una de las familias más poderosas del país, su suegra se vio muy sorprendida al conocerle, al parecer esperaban "algo mejor", no una joven de clase media con poca noción de la realidad en la que vivían los Brown, a pesar de que Nick no era una persona snob, ella siempre notó que él no se mezclaba con la plebe y estando allí entre las personas que eran parte de su élite social ella comprendió que estaba fuera de lugar en esa fiesta

- Estamos contentos de que Nick finalmente haya decidido sentar cabeza — mencionó una mujer elegante que parecía ser su tía

- Tía no hables así, no soy tan viejo, apenas si llegué a los 24

- Tú sabes cómo son las reglas querido — él la miró algo molesto

- ¿Reglas? — preguntó Adeline curiosa

- Nada querida — agregó la mujer

- ¿Ya tienen todo listo para la boda? — preguntó la madre de Nick seriamente

- En dos semanas madre, como prometí — agregó al ver que ella no parecía muy convencida

- Cuánto antes mejor

- Mamá no es el mejor momento

- De acuerdo, ya lo hablaremos en privado — Adeline empezó a sentirse incómoda, algo no estaba bien, pero no quería preguntarle nada porque mucha gente estaba a su alrededor

- ¡Brindemos por el compromiso! — dijo un hombre anciano, el ambiente estaba tenso

- Por Nick y Adeline — agregó finalmente la madre del prometido

Dos semanas después todo estaba listo para la boda, era el día del ensayo final y se había ido temprano al salón de belleza para hacer su tratamiento de novia, su amiga Jenny estaba muy entusiasmada con la idea de ser una dama de honor, ambas habían crecido juntas y desde pequeña soñaban con una boda grande y el vestido blanco

- ¡Adeline no tienes idea de la suerte que tienes!, me acabo de enterar que el abuelo de Nick le dejará gran parte de las acciones de la compañía

- ¿Dónde escuchaste eso?

- Lo leí en las revistas de chismes, al parecer solo están esperando el último suspiro del viejo

- Su familia ya tiene dinero suficiente para comprar media ciudad, supongo que unos millones más no harán mucha diferencia

- No lo entiendes, su abuelo es materno

- ¿Y?... — ella le miró sin entender su punto

- Que no tiene hijos varones, así que Nick es su heredero según la tradición familiar

- Eso es muy anticuado y machista

- Creo que no quiere dejarle su empresa a una mujer, además la madre de Nick no parece interesarse por los negocios

- Es verdad, creo que nunca ha trabajado en su vida — ambas se miraron y rieron al unísono

- Dejemos de hablar de cosas aburridas y cuéntame sobre qué piensas usar en tu noche de bodas

- Hummm, aún no lo sé, mi madre me ha obsequiado algunas prendas

- ¡Tengo que verlas!, ella siempre ha sido muy anticuada

- En su época se usaba de ropa interior lo que hoy está de moda

- ¡No exageres que no es tan vieja!, aunque a veces pienso que sí, me dijo que lo que pasará mañana en la noche es algo natural y que no debo preocuparme de nada, que Nick sabrá que hacer

- Jajajaja, ¿acaso piensa que eres una santa?

- Buenooo ¡no hables como si fuese una zorra!

- ¡Vamos! sabes que estoy bromeando, pero ya sabes que hacer ¿verdad?

- ¡No te burles!, no soy idiota, he visto algunas películas para adultos algunas veces

- Bien, ya sabía yo que no me decepcionarías

- ¿Cuánto tiempo más crees que tendremos que estar en ésta sauna?, siento que me estoy deshidratando

- Esa es la idea — rió Jenny — cuando salgamos de aquí estarás espléndida — agregó

- Eso espero

Tres horas después estaba ataviada en un vestido de noche color blanco, se miró en el espejo, parecía que ya iría al altar, su suegra había insistido en decidir sobre todo, ella apenas si había dicho una palabra respecto a la organización de la boda

- ¿Querida estás lista? — dijo su madre al entrar en la habitación vestida como una dama elegantemente

- Mamá ¿Crees que estoy haciendo lo correcto?

- ¿Qué pasa cariño? — la miró preocupada

- No sé si pueda encajar en esta familia mamá, solo mírame ni siquiera puedo reconocerme

- ¿Amas a ese muchacho?

- Creo que sí... lo hago — se corrigió

- Entonces haces lo correcto

- Te amo mamá — respondió al tiempo que la abrazaba

Media hora más tarde todos esperaban a que se presentaran los novios para iniciar el ensayo de la boda, Adeline estaba inquieta sentía que algo andaba mal, no había visto a Nick en todo el día, pero su suegra le había dicho que era normal, que a los hombres no les gustaba estar cerca cuando se hacían los preparativos nupciales, ella le creyó, pero ahora ya estaba preocupada

- ¿Dónde está? — le preguntó a su suegra

- No lo sé, debería haber llegado hace una hora

- Llámalo, debo estar atorado en el tráfico

- Él no fue a trabajar, estaba con unos amigos — ella lo miró estupefacta

- Él me dijo que estaría ocupado con el trabajo y que no me preocupara si no lo veía hoy

- Pues mintió — agregó la mujer sin muchos miramientos — acostúmbrate los hombres mienten todo el tiempo

Adeline pensó que su suegra era una mujer fría, hablaba como si tuviese mucha experiencia al respecto, pero en su voz no se denotaba tristeza.

- Es el ensayo de nuestra boda ¡tiene que venir!

- ¿Qué se supone que haga? — ¿estaba bromeando con ella? pensó, pero al ver la tranquilidad con la que ella le respondía decidió hacer algo por su cuenta

Caminaba entre la gente como si fuese un fantasma, buscando esperanzada encontrar a su prometido, las personas la miraban como si estuviese loca, ella trataba de disimular su pánico pero en los últimos instantes ya se sentía desesperada ¿le habría pasado algo malo?, volvió a la casa de Nick y al entrar en su habitación encontró sobre la mesa una nota, en ese pedazo de papel estaba la respuesta que buscaba pero en su interior ella sabía que si lo leía el rumbo de su vida iba a cambiar, tomó todo el valor que le quedaba y se acercó para leer el papel

"Adeline

Lo siento, pero no me casaré contigo"

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