Relatos del Olimpo
rmas de vida, algunas conocidas, otros incluso no deseadas por la misma tierra. Como por ejemplo la inmensa pitón, su cuerpo
acabó su carcaj para matar a la serpiente. La abrumó con unas 1000 flechas hasta que el veneno rebozo por todas las os
luchas pugilismo carreras a pie, carreras a caballos, carreras de coches tirados por caballos, los jóvenes atletas ganadores recibían de premio hojas de encina. (
*
peneo, fue el pr
debió todo a Cupido, luego de una afrenta no mucho tiempo atrás, el Dios de delos
e d
mío, incapaz de herrar con cuánta flecha tire para herir enemigos o bestias salvajes, cómo lo hice últimamente con la gruesisima pitón. Tu niñ
esará a ti y del mismo modo en que los animales son inferiores a los dios
sarse en la cima sombreada del parnaso, de su carcaj lleno de flechas sacó 2 d
iene la punta afiladadisima, el que ahuyenta e
travesó a la ninfa hija de pen
inmediato pero se enamoró y de inmediato la otra repe
bosques apartados y en la
uso con el pelo descuidado o sujeto tan s
rse por bosques intransitables sin saber sin importarle nada de
vez su pa
etos, o por lo
cercana al crimen, un rubor enrojecia su hermoso rostro
rginidad para siempre, en días caídos esto f
afne se rindi
erpondrán entre tú misma y aquello que buscas tú s
con ella de inmediato, sus propios poderes proféticos
ismo que un arbusto se prende por el descuido de alguien que p
fuego, su corazón ardía en llamas y el a
nte al descuido sobre el c
o tiene el p
s que sólo vernos alababa sus dedos sus manos y sus brazos que subían casi desnudos has
que el aliento del aire no
ero no quiero hacerte daño es el amor el que me hace perseguirte No sabes cuánto temo que al perseguirte te ocasiona una caída o que yo sea el causante d
cantado, no soy un campesino que viva en una cabaña del monte no soy un past
eus, yo puedo revelar el futuro el presente y el pasado yo hago que las cuerdas de la lira vibren de música yo tengo el arco más cert
ncluso en la huida era un encantó verla mientras el viento le d
la brisa ligera y su v
taba para perder el
obre el y el arreci
a rápido po
a rápido po
empujaba el amor iba atrás la muchacha si
e y Dafne se puso pálida y sintió e
las aguas
as poderes divinos hagan algo cambienme, destr
ellos eran hojas y ramas sus brazos sus pies tan veloces ya estaban atados al suelo por lerdas
puso su mano sobre el tronco y el corazón d
ún fueran miembros y besó la mad
rbol se apartó de
j llevarán siempre el laurel, tu acompañarás a los generales distinguidos de Roma cuando el capitolio c
de laurel inclino sus ramas nuevas com