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De la Humillación a la Reina de Nueva York

De la Humillación a la Reina de Nueva York

Autor: Gavin
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Capítulo 1 

Palabras:1854    |    Actualizado en: Hoy, a las 15:21

tuve con mis padres después de eso fue la última; murieron en un accidente de coche

empezó, acepté un trabajo humillante en un antro de lu

l, ahora comprometido con la misma mujer que había destruido mi vida. Incluso era el abogado de la familia a

uedó de brazos cruzados mientras mi mundo se desmoronab

tento desesperado por redimirse. Pero ya era demasiado tarde. Yo ya me había llevado a mi hermano a Ciudad de Méxic

ítu

ista de So

ba poder desaparecer a través del suelo de linóleo barato. Pero no podía. No con Damián Herrera sentado frente a

errey, con un fideicomiso y un futuro tan brillante como el sol de Monterrey. Damián era mi todo, el ambicioso estudiante de de

odo lo que había perdido. Estaba representando a la familia de un chico al que mi herm

. Su traje oscuro era impecable, su corbata de un azul apagado, su postura recta como una vara. Exudaba una autorid

el sonido agudo en la

Garza, señ

trazando una línea t

os la ev

de papeles y fotos brillantes. Mi estómago se contra

ndo hechos, fechas y lesiones con una precisión escalofriante. Expuso el caso contra Benny, detallando cómo la víctima, un chico ll

de Benny, sino por la pura indignidad de enfrentarme a

. Es un buen chico, so

, que una vez estuvieron llenos de ca

an los hechos objetivos, señorita Ga

ndes y asustados. Benny, desplomado en su silla a mi lado, tenía la mandíbula apretada, la

a esto? -pregunté, la desesperación colándose en mi voz-

. Se apartó de la mesa, su silla raspando ruidosa

ón dio u

Be

irada furiosa s

¡Adelante! No te ten

la habitación. La puerta se cerró de golpe det

iendo tras él. Lo alcancé del brazo en el pasillo-

agarre, sus oj

que eres buena? -Sacó la barbilla-. ¡Así como fuiste buena para dejar que te echara

re se me escapó de los pulmones. Tenía razón. Gracias a mí, no teníamos nad

uedé helada, las duras luces fluorescentes del pasillo cayendo sobre mí. Cuando me di la

s suyos no mostraban piedad, sol

do la puerta

siones de Leo, incluyendo gastos médicos, terapia psicológica y daños punitivos por el trauma emocional. Nuestra estimación actual es de... -Mencionó una cifr

as atascadas en mi garganta-. Por favor, s

la de Dami

a compensación total y una disculpa pública en el plazo de una s

eron de par en p

no pu

salido de la habitación. Miró a Damián, con una tímida sonrisa en su rostro-. Gracias

etorciéndose en mis entrañas. Claudia. La prometida de Damián. Mi antigua riva

echo, una amargura familiar. Lo reprimí.

eptible ablandamiento de sus rasgos. Luego su

rita Garza, eventualmente e

to, dirigidas no solo a Benny, sin

emasiado vacío. Me apoyé contra la pared fría, el último vestigio de mi c

s a

creativo. Y entonces apareció Damián, un chico becado de clase trabajadora, brillante y motivado. Éramos una pareja improbable, pero nos

uerzo y la facilidad con la que me movía por la vida. Me incriminó en un incidente de novatada en la fraternidad, un trauma inventado que me pintaba como una abusona cruel.

a traición que había sufrido. Angustiados, se fueron en el coche, todavía discutiendo. Esa noche, un conductor ebrio se pasó un semáforo en

más felices, momentos destinados solo para nosotros- y las vendí a las revistas de chismes. Un act

ofi. No quiero volve

lágrimas corriendo por mi cara-. ¡Porque

padres, distraídos y angustiados después de nuestra pelea

ratando de tomar aire, tratando de liberarme del pasado que

agudo fue un ancla bienvenida, que me devolvió al presente.

un último recurso. Carla Lobo, gerente de El Beso de la Serpiente, un exclusivo antro de

ronca-. Necesito ese trab

otro lado, luego u

es un trabajo bonito. Y la clientel

a voz dura-. Necesito el di

visto de emoción-. Ven mañana. Y trae

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