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De la Humillación a la Reina de Nueva York

Capítulo 2 

Palabras:1436    |    Actualizado en: Hoy, a las 15:21

ista de So

ahora, acostada en mi cama raída, la realidad de ello se asentó sobre mí como una manta sofocante. ¿A qué acababa de acceder?

a el cuello en préstamos, tratando de expandirse demasiado rápido. Sus bienes fueron embargados, su legado devorado

bras de arte en la calle. Nunca era suficiente. El Beso de la Serpiente pagaba exorbitantem

botellas. Ella manejaba la sección exclusiva, un lugar donde la discreción era primordial y las líneas morales se desdibujaban. Siempre había rechazado los salones VIP, quedándome en la pista p

o se sentía pesado, llevándome hacia un abismo que desesperadamente quería evitar. El letr

me brillante y apenas existente. Era una pieza de encaje y seda negra, dis

s un... cliente generoso. Le gustan sus chicas decididas, pero también dóciles. Si

nó. Era suficiente. Suficiente para cubrir el primer pago

recuerda, aquí protegemos a las nuestras. Nadie te tocará sin tu consentimiento. Pero te

la sala de mediación, luego el brazo herido de Leo. Esto n

ra el bajo amortiguado de la música. El aire en el salón VIP 3 era espeso por el humo de puros caros y

vi. La sang

a varias caras que reconocí. Caras de mi vida pas

to que las botellas traqueteaban. Inmediatamente bajé la cabeza, mi cabello cayendo hacia adel

cabello rubio brillante, levantando su dedo anular. Un enorme diamante brillaba

ave y famili

primo Leo se lastimó. Qué trágico accidente. Damián es s

su mano entrelazada con la de Damián. Leo. Su primo. Las piezas encajaron, un rompecabeza

humillación. Lo reprimí rápidamente, concentrándome en mi

a chica-. Está absolutamente enamorado. Están

nido tintineante que

e ofreció una pequeña sonrisa tranquilizadora-. Solo demuestra que a la gente buena le pas

amián y yo, tirados en el suelo de mi dormitorio, planeando nuestro futuro. Él había hablado de una simple banda de plata, algo significativo, no ostentoso. Incluso me había dado un a

ffany, una chica de mi clase de historia del arte. Sus ojos, abiertos

. Las risas murieron, reemplazadas por una mezcla de sorpresa y diversió

Sofía Garza, la snob de arte del Tec, sirvi

que se sintió como un golpe físico. Mi dignidad

alsa preocupación-. Las chicas... hacen lo que el cliente quiera, ¿verdad? -Me miró,

z espesa por

lo razonable,

ión de fondos de la universidad, sonrió, sus ojos recorriendo mi cuerpo. Era un

ena para gente como nosotros, ¿verdad? -Se reclinó en su silla, un

"actuación especial" de la que Carla me habí

deramente depravados. Tocar una pieza clásica mientras estabas descalza sobre un bloque de hielo, vistiendo nada más que el uniforme

erente en su rostro, supe que no podía hacerlo.

rtamudeé, mi voz apenas un susurro-. Soy bastante bue

Héctor Valen

o? -Golpeó la mesa con el puño-. No olvides dónde estás, Sofi. Ahora solo eres una escort glorificada, ¿no es así? -S

s, desnudándome. Fue peor que cualquier cosa que pudiera haber imaginado. Me qu

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