La mujer que casi mató vive
ista de Al
de espera del hospital se sentía pesado, sofocante. Los ojos de Augusto, usualmente
apenas audible, atrapada en mi ga
o? Siempre desviando la culpa". Dio un paso hacia mí, su presencia dominando el pequeño espacio.
erdad. Nunca le había interesado. Todo lo que veía era a Ca
odio por lo que le hizo a mi familia. La odio por lo que te está haciendo a ti. ¡Y te
tiempo para tus dramas. Carolina necesita sangre, y tú eres su hermana. Los médicos dijeron que eres la más pr
des obligarme". Una chispa de desafío, naci
tu pequeña historia, Allie? Repudiada, sin trabajo, sin dinero. ¿De verdad crees que tienes opc
omo hierro. El dolor subió por mi brazo, agudo e inmediato. Grité, luchando contra él, pero era mu
. Intenté alejarme, torciendo mi brazo,
uñeca. Mi visión se nubló con lágrimas, no solo por el dolor físico, sino por el profundo shock de su fuerza brutal. Me es
herentes. Sentía la muñeca como si estuviera en llamas, un pulso palpitante de a
hacia la sala de emergencias estéril y brillantemente iluminada. Los médicos y enfermeras levantaron la vista,
su rostro una máscara de fría furia.
ocupación, se me acercó con delicadeza. "Se
bien. Solo reacia. Saquen la
iséptico llenando mis fosas nasales. El dolor en mi muñeca era insoportable, un
ba cerca, observando atentamente. Sus ojos todavía estaban fijos en mí, pero no con preocupació
mi voz débil, mis ojos ardiendo
nto, quizás incertidumbre. Pero se desvaneció tan rápido como apareció. "Es mi prometida, All
Cualquier esperanza residual, cualquier débil brasa de amor que pudiera haber quedado, fue extingu
itales jadeó. "¡Doctor! ¡Su presión arterial está cay
á pasando? Su cuerpo no está tolerando esto bien. Necesitamos ralentizar la transfus
jos todavía en la sangre que fluía.
gravedad. "Su cuerpo simplemente no está acostumbrado a es
gre. Su rostro era indescifrable. "¿Lo que ya se ha re
Idealmente, tomaríamos un poco más de la señorita Bridges ahora, p
e inquebrantable. "Entonces tómalo. Toma lo q
por ella. Mi propia vida, la vida que le había dado durante tres años
me miró con profunda lástima, sus ojos sup
enada. "Solo... hazlo", murmuré, mi voz desprovista de toda emoción. Mi cuerpo se sentía entum
No solo había roto mi corazón, sino que había intentado robar mi propia fuerza vital. Y lo había hecho con la misma indiferencia casual