La mujer que casi mató vive
ista de Al
ugusto comenzaron de nuevo, sacánd
urmullo despectivo. "Siempre lo ha sido. Estás mejor
de la familia que me había repudiado. Pero en algún punto del camino, me había enamorado de verdad. Mis intencion
asiado... conveniente. Apareciendo justo cuando necesita
iferencia casual en sus voces, la forma en que diseccionaban mi existencia como si fu
apó de los dedos, cayendo suavemente sobre el pulido piso de madera, el sonido un eco débil contra el rugido
reciera en una máscara fría. Estaba de pie junto a su gran escritorio de caoba, un vaso medio vacío de líquido ámbar
marcado contraste con el tono tierno que había usa
yo? ¿Eso es lo que fui para ti, Augusto? ¿Tres años d
a madera sonó increíblemente fuerte. "Allie, escuchaste mal. No es lo que pien
las lágrimas corrían por mi rostro. "¡Lo escuché todo! Me usaste. Me usaste para
mí. Repudiada, desesperada. Necesitabas seguridad y yo te la ofrecí. Ambos sacamos algo de esto,
nta, guturales y dolorosas. "¡De verdad te amaba, Au
a una distracción, alguien sin complicaciones mientras resolvía mis asuntos". Su mirada recorrió mi rostro baña
biertas. "¿Fácil de reemplazar?", me ahogué, mi voz apenas aud
un filo duro. "No finjas que eras una inocente con los ojos abiertos. Tení
y me lo tendió. Un cheque en blanco. "Toma. Por tus molestias. Por tus 'tres años'. Ll
go su rostro impasible. Esto era todo. El despi
surré, mi voz espesa por las lágrimas no derram
retada. Liam y Noah observaban, en silencio, de
jo Augusto, su voz p
presentando sus anchos hombros como un muro f
a. "Allie, tiene razón. Es hora de irse. Conseg
mi tonta esperanza, yacía allí, burlándose de mí. La ira, fría y pura, surgió a través de mí. Con un gr
o!", escupí, mi voz ronca. "¡Q
rdían. "¿Quién es ella? Carolin
tre ellos. "Es su ex", dijo Liam lentamente, "la que siempre estuvo de
No había nada más que decir, nada más que aprender de
e golpeó mi rostro, refrescando las lágrimas que aún fluían libremente. Caminé sin rumbo, mis pies llevándome por las si
sas que Augusto me había susurrado al oído, promesas que se habían sentido tan reale
llie", había dicho, sosteniendo mi mano, su pulgar trazando patrones en mi piel. "Eres todo
ro a medida que los meses se convirtieron en años, el cálculo inicial se había desvanecido, reemplazado por algo real, algo vulnerable.
, solo me quedaba un lugar a donde ir. El lugar al
sado del que había intentado escapar desesperadamente. Cuando la empleada la abrió, mi
sus ojos recorriendo mi apariencia desaliñada. "¿P
tro. "Allie, querida. Qué sorpresa. Escuchamos que las cosas no iban muy bien con el se
o agujas afiladas. "Una chica como tú, con tu... pedigrí, debería conocer su l
es palabras de mi padre. Algo dentro de mí se rompió. La presa se reventó. Todos los años de
hablar de pedigrí, papá? ¡Hablemos del tuyo, y de dónde encontraste a tu actual esposa