Amor envenenado: El desenlace mortal de una amistad
o había un solo recuerdo inocente, sino una pila de cartas. Docenas de ellas
año antes de nuestra boda. Mis ojos recorrieron los familiares bucles y
es... amable. Es una buena mujer, y le debo todo. Pero contigo, es dif
el deseo latente de Alejandro por Ivana, su creciente frustración conmigo, su constante necesidad de «escapar» de la vida en la q
. Mientras me decía que no podía vivir sin mí, mientras me hacía creer que éramos almas gem
iosos «viajes de negocios» que duraban más de lo esperado, todo encajó, formando un horrible mosaico de e
, pero no fue el clima lo que me hizo temb
irme-. No como me ama a mí. Solo estaba agradecido, obliga
a cabeza
so no es
aña y desesperada honestidad-. Siempre me amó a mí. Solo que... no podíamos estar juntos. No contigo
abía compartido mis sueños más profundos. Ahora, estaba arrodillada ante mí, rogándome por m
nubló. Todo lo que creía, todo l
partamento, un grito creciendo en mi pecho. Irrumpí por la puerta princip
Levantó la vista, sobresaltado, sus ojos se abrieron de par en pa
a? ¿Qué
, agarrando su brazo, mis
dito mentiroso! -grité, las pal
tro una máscara de sorpresa, lue
mo hojas caídas-. ¡Todas tus promesas! ¡Tus declaraciones! ¿Fue todo una mentira? ¿Fui solo un es
sus ojos enrojecidos, brilla
un paso hacia mí, s
como si su contacto me envenenara-. ¡
-suplicó, su voz quebrándos
? -escupí-. Incluso entonces. T
fuerza, su mirada
murmuró, tan bajo que casi no lo oí-.
spendidas en el aire, un