El último deseo marciano del gemelo
Ada M
l húmedo aire de Bali, una frág
e, encontrando los ojos crudos y destroza
rdiendo color, la incredulidad luchando
onido extraño en sus labios. «Tú..
ca, un susurro
ños de... esto... po
nte, tan brillante para descifrar algoritmos complejos y tendencias del
mente, las palabras un bálsamo para mi alma
acia atrás como si
memorial espacial? ¿Te casaste conmigo por
, una tormenta gest
toleraste a Giselle, recogiste sus pastillas, todo
s sido dos entidades transaccionales, cada una satisfaciendo una necesidad de la
oz firme. «Tú obtuviste una esposa sumisa que no interfería
una mezcla de confusión y creciente alarm
hablando? ¿Quién es Juli
o, sus ojos movién
s... e
en mí, un torbellino de emociones arremolinándose en ellos: ira
repentino y violento, a
uñó, su voz un retumbar bajo
su rostro contorsion
ndo? ¡Acabas de prometer casarte
en mí, todavía ardiendo. «No lo
edes hacer esto! ¡No después de todo! ¡No después de cinco años de ser
ose hacia Giselle, pero sus ojos estaban fr
o, su voz plana, sin emociones. «D
u cartera y extrajo un grueso fajo d
us molestias
luego a él, su rostro un
rompiendo conmi
edo temblor
e acaba de admi
n paso vacilante hacia mí, sus ojos a
a de dolor. «Yo... cometí u
dedos temblando mient
hora. Podemos arreglar esto. Podemos empezar de nuevo. Un matrimonio de verdad. Te juro que s
lto perverso. ¿Ser Julián para mí? Julián se había ido. Él nunca pod
mano, mi m
arreglar. Y no quiero que se
e par en par, su rostr
hagas esto! ¡Te amo! ¡
r mi brazo, pe
o eco en el mercado. Mi palma ardía. Su cabeza se sacudió
ndose lentamente para tocar la huella roja en su rostro. Parecía completame
do momentáneamente atur
mo te atreve
arañando su pecho, sus uñas
aste! ¡Tú lo
artándose de los míos. Agarró las muñecas d
e vayas! ¡Te necesito!
da en sus ojos, incluso mientras Gisel
su voz tensa. «No es su
mente, sino con una finalid
que dejé que Ada me usara. Todo fue un
en su cartera, sacando
quieras. Compra lo que quieras
lentamente en una mezcla de incredulidad y una escalofriante comprensión. Arrebató l
profecía escalofriante. Luego se dio la vuelta y se alejó,
se volvió hacia mí, sus ojo
otros. Haré cualquier cosa. Lo que quieras.
n su mejilla. Estaba vulnerable, roto. Y sin embargo, no se
ta de emoción. «Nunca lo hice. Y nunca lo haré. Hem