El último deseo marciano del gemelo
Ada M
laban ligeramente mientras agarraba los papeles del divorcio, ahora recuperados de la tumbona donde Ricardo los había arrojado descuidadamente. Jovan se h
ota, frágil. Pero no lo estaba
con el horno de mi ira. Tenía que hacer esto. Tenía
oneta, un marcado contraste con la flota de vehículos de lujo de Ricardo, esperaba pacientement
u voz chillona
etiste que la dejarías esta noche!
e baja, pero pude distingu
no es el moment
ndo un teléfono en su oído. Cuando me vio, sus ojos se abrieron ligeramen
lado, bajando mi ventana lo suficiente para que me escuchara. «Giselle está a
ahora pisoteaba el suelo, seña
a sucio secreto! ¡Cada mentira! ¡Te ar
o, su necesidad de control, su image
voz plana. «Le dará lo que quiere, de
rdo se hundieron. Levantó las manos en un gesto de re
nciaremos nuestro compromiso el pró
una sonrisa deslumbrante y triunfante. Le echó los brazos al
ue me amabas! ¡Sabía q
una tranquila afirmación de que mi predi
o, con el brazo todavía alrededor de una radiante Giselle, me vio. Sus ojos, que momentos an
siguió su mirada. Su sonrisa triunfante vac
elto por más. No sabe captar
hacia Ricardo, mis pasos medidos y
mara», dijo, su voz cortante. «Q
rápido y furioso. Su mandíbula estaba apreta
temblaba ligeramente, no por vacilación, sino por una furia a
uma, mirándo
ahora, Ada? Tienes t
su voz baja
que 'ganaste'. Volverás arrastrándote. Todas lo h
trayendo a Gis
enfriamiento. Cuando te des cuenta de lo que has tirado
do de enfriamiento? Realmente creía que estaba jugando algún tipo de juego intr
a, mi atención completamente en el documento legal que rom
i voz. No esperé su respuesta. No me importaba.
ndome alejar. No me llamó. No me persiguió. Simplem
stancia discreta, se me acercó cuando llegué a mi coche. Su
manejar a Ricardo así,
, luego se acl
Eres libre. ¿Qué sigu
equeña y vaci
escuchar la historia real, si
la cabeza
, Jovan.
rcio, luego toqué suavemente
ue tomar. Una pro
omprensión naciente en sus ojos. Una
taría orgu
urré, mi voz espe
listos para despegar. Un mensaje de texto vibr
tentar contactarme. Esto es por tu propio bien. Me pondré en contacto cuando entres en razón. No
mar su superioridad, de asegurarse de que yo supiera mi lugar. Un "pequeño departamento en Londres" era su idea de una limosn
en la consola central. No llevaría las cenizas de Julián en un relicario diseñado para una mujer. Julián merecía algo mejor. Lo l
. Las luces de la ciudad se desdibujaron mientras aceleraba hacia la autopista, en dirección al aeropuerto, hac