icon 0
icon Recargar
rightIcon
icon Historia
rightIcon
icon Salir
rightIcon
icon Instalar APP
rightIcon

El último deseo marciano del gemelo

Capítulo 4 

Palabras:1211    |    Actualizado en: 12/12/2025

Ada M

laban ligeramente mientras agarraba los papeles del divorcio, ahora recuperados de la tumbona donde Ricardo los había arrojado descuidadamente. Jovan se h

ota, frágil. Pero no lo estaba

con el horno de mi ira. Tenía que hacer esto. Tenía

oneta, un marcado contraste con la flota de vehículos de lujo de Ricardo, esperaba pacientement

u voz chillona

etiste que la dejarías esta noche!

e baja, pero pude distingu

no es el moment

ndo un teléfono en su oído. Cuando me vio, sus ojos se abrieron ligeramen

lado, bajando mi ventana lo suficiente para que me escuchara. «Giselle está a

ahora pisoteaba el suelo, seña

a sucio secreto! ¡Cada mentira! ¡Te ar

o, su necesidad de control, su image

voz plana. «Le dará lo que quiere, de

rdo se hundieron. Levantó las manos en un gesto de re

nciaremos nuestro compromiso el pró

una sonrisa deslumbrante y triunfante. Le echó los brazos al

ue me amabas! ¡Sabía q

una tranquila afirmación de que mi predi

o, con el brazo todavía alrededor de una radiante Giselle, me vio. Sus ojos, que momentos an

siguió su mirada. Su sonrisa triunfante vac

elto por más. No sabe captar

hacia Ricardo, mis pasos medidos y

mara», dijo, su voz cortante. «Q

rápido y furioso. Su mandíbula estaba apreta

temblaba ligeramente, no por vacilación, sino por una furia a

uma, mirándo

ahora, Ada? Tienes t

su voz baja

que 'ganaste'. Volverás arrastrándote. Todas lo h

trayendo a Gis

enfriamiento. Cuando te des cuenta de lo que has tirado

do de enfriamiento? Realmente creía que estaba jugando algún tipo de juego intr

a, mi atención completamente en el documento legal que rom

i voz. No esperé su respuesta. No me importaba.

ndome alejar. No me llamó. No me persiguió. Simplem

stancia discreta, se me acercó cuando llegué a mi coche. Su

manejar a Ricardo así,

, luego se acl

Eres libre. ¿Qué sigu

equeña y vaci

escuchar la historia real, si

la cabeza

, Jovan.

rcio, luego toqué suavemente

ue tomar. Una pro

omprensión naciente en sus ojos. Una

taría orgu

urré, mi voz espe

listos para despegar. Un mensaje de texto vibr

tentar contactarme. Esto es por tu propio bien. Me pondré en contacto cuando entres en razón. No

mar su superioridad, de asegurarse de que yo supiera mi lugar. Un "pequeño departamento en Londres" era su idea de una limosn

en la consola central. No llevaría las cenizas de Julián en un relicario diseñado para una mujer. Julián merecía algo mejor. Lo l

. Las luces de la ciudad se desdibujaron mientras aceleraba hacia la autopista, en dirección al aeropuerto, hac

Obtenga su bonus en la App

Abrir