icon 0
icon Recargar
rightIcon
icon Historia
rightIcon
icon Salir
rightIcon
icon Instalar APP
rightIcon

El último deseo marciano del gemelo

Capítulo 2 

Palabras:1250    |    Actualizado en: 12/12/2025

Ada M

debajo. Me abracé, tratando de detener los escalofríos que no tenían nada que ver con la temperatura. Adentro, podía escuchar sus risas ahogadas, la voz

l agotamiento era profundo, un compañero constante durante c

e sobresal

sorprendentemente fuera de lugar con su traje perfectamente entallado, un vaso medio vacío d

llo de algo ilegible en sus ojos.

ando una peq

ndo un poc

arandilla, conte

ro, y probablemente más cálido

silencioso de mi sufrimiento callado, de las campañas públicas

unque mis dientes habían

ando un sorb

aste. El espectáculo público, las payasadas

ia mí, con el

ntosa, inteligente. Podrías haber tenido

icardo, una tonta enamorada aferrada a un multimillonario que apenas reconocía mi existencia. Recordaba el frenesí público cuando a

espuesta familiar que no satisfa

adie que conozco. Incluso les compraste la pastilla del día de

os pasillos estériles, mi corazón un tambor hueco, mis manos temblando mientras le entregaba al

su voz más suave ahora. «Mereces algo mejor. Siempre

ma, un dolor que nunca desaparecía del

dije a Jovan, las palabras

ntes, un sonido

he. ¿Después de cinco años de paciencia santa? Ada

, un toque de lás

uánto lo amabas. Cómo soportaste todo. Pero algunos hombr

a extraña ligereza en mi voz. El malen

miró, p

saron que estabas un poco loca de dolor, tal vez tratando de aferrarte a una parte de Ju

le lanzaste después de la muerte de Julián. La gente decía que estabas desespera

, cada juicio susurrado. Me había

uces de la ciudad. «Cada insulto, cada humillación. Dej

runció

da? ¿Cuál er

frío llenando mis pul

to era

vestido, mis dedos cerrándose alre

n era que sus cenizas fue

, con los ojos muy abie

so es... a

ándome. «Es altamente clasificado. Solo los familiares directos de los astronautas pueden acceder a

l relicario. «Era un candidato. Y yo no era su esposa. Habíamos pla

os. Julián, brillante, amable, lleno de sueños, desaparecido en un ins

s para el vuelo conmemorativo», dije, mi voz espesa

ente. Su cinismo habitual había desaparec

Un familiar directo. Si me casaba con él, me convertiría en su cónyuge.

o... ¿por Julián?». Su

una liberación p

a, creo. Para mostrarles que podía hacer lo que quisiera. No le impor

?», preguntó Jovan, una extraña me

La mujer devota y desconsolada que se aferraba al recuerdo de su amor perdido casándose con su g

van, sacudiendo la cabeza. «Sopo

ente. «Era su sueño. Nuestro

pequeña y pesada plata

mente mío. «Hoy, se cumplen cinco años. Hoy, recogí las cenizas

con lágrimas no derramadas, pero tam

nalmente s

etensión, pendía pesadamente entre nosotros. El hombre que creía conocer, la esposa tran

Obtenga su bonus en la App

Abrir