Embarazada y Repudiada: La Traición del Alfa
de
n peso físico. Los globos coloridos y las serpentinas ahor
rostro desprovisto de emoción. Por dentro, e
Lidia, quien se estaba poniendo de un tono gris enfermizo-. ¿Madre? Dijiste.
iosamente alrededor de la multitud de miembros de la manad
mueve -ord
imperativo biológico. Cada lobo en la vecindad, excepto yo y sus propios é
No tenía un arma. Tenía
sos en todas partes -el dinero compra lealtad, y una enfermera en el hospital de la ciud
d, Teo? -pregunté,
voloteó en la brisa an
ja caer. Elena, todavía sentada en su trono, palideció. Trató de pone
lena-. ¡Es una falsificación!
nearon el documento. Vi la s
susurró, leyendo la jerga
muy abiertos y llorosos. -¿
stando con un Rogue de las Tierras Salvajes del Norte durante
so hacia mí, el papel arrug
s con plata. Me pateó en el estómago. La plata nos quema, Teo. Detiene nuestra curación.
chorro era el pecado máximo en nuestra cultura. Usar p
u rostro era aterradora. Era la mirada de un
decir-. Dime que
red de mentiras, pero el peso de su culpa -y la f
torció en agonía. -Yo... lo hice
espl
de Teo, rugió. La atrapó an
ó para ayudarla. Se
en la tensa atmósfera. -¡Teo, por favor! ¡Estaba sola! ¡Siemp
rofundizó, sus dientes caninos extendiéndose mientras su
ue pasara! -
fetada resonó en el
sto y había irrumpido hacia su hijo. Golpeó a Teo directam
jo-. ¡Dejaste entrar a una zorra a nuestra casa!
líderes estaban peleando, la Luna estaba
rando en la tierra, mirán
en mi cabeza, débil y
lía abrazarme. Recordé c
tierra fría del c
a a través del vínculo, mi voz m
ia Jaime. -T
mis hombros. Nos alejamos, dejando los gritos y la ruina
imiento de algo nuevo. E