Embarazada y Repudiada: La Traición del Alfa
No eran dolores de parto. Era una sensación de ardor en
ta. -¡Ayuda! ¡
ie
rta finalmente se abr
una mujer amargada llamada Carol. Detrás de ell
la pequeña habitación. Sostenía un pañuel
me de la pared para sosten
é -dijo Lid
gelé.
ombre grande, sus músculos aún gruesos a pesar de su edad-. Teo es
brillando con malicia-. Justo como dijo mi hij
¡Elena mintió! ¡Ella es la
e cuero-. Mi hijo tiene sangre pura. Nunca engendraría a un debiluch
bofe
uerza del golpe. Su guante... quemaba.
lvo de plata en el cuero. Para un lobo, la plata es
Marcos-. No podemos permitir que un en
nla -ord
riendo. Me agarraron por el cabello y los
ndo y arañando-. ¡Lo están mata
ón! -Marcos me pat
ente explotó en mi costado. Grité, un soni
atio. Estaba lloviendo. El agua fría se mez
-ordenó Lidia-. Dejen que muera e
do. El dolor en mi estómago era insoportable. Podía sentir la vida den
inuta resonó en mi mente. Era
igo!* grité mental
justo afuera de las puertas de la man
Marcos, parado al otr
uvia golpeaba contra mi espalda. Iba a
días. ¿Había fallado? ¿Jaime
, el sue
a el sonido de motor
tres fronteras estatales para llegar aquí. El auto líder, un camión masivo de grado militar, se estetrocedieron tro
gante de hombre, irradiando un aura tan poderosa que se sentía como si el sol
Alfa
s padres de Teo. Corrió directo haci
uro pánico. Me recogió en sus braz
abra escapándose. Nunca l
je. Conduje tan rápido como pude. -Miró hacia Marcos, y la intención asesina que explotó de él hiz
endo los cimientos mismos de la Casa de la
ntonces, el dolor se volvió dema