Embarazada y Repudiada: La Traición del Alfa
ndo Marta podía colar una bandeja pasando a los guardias. La humedad
Usualmente era una presencia tranquila, una sombra en el fondo de mi
surró en la mañan
ueña ventana con barrote
cendidos en la entrada. Los sirvientes esta
de la Manada, un hombre comadreja llamado Dr. Evans que siemp
ra antes de partir -dijo el Dr.
ignorando el mareo que me
engaño en él; olía a leche agria-. El bebé está en posición podálica. Muy peligroso. R
as de distancia -dije-. Y mi fe
, Luna Aria -dijo con desdén-.
pasar. Tenía
a el azulejo frío. Irrumpí por la puerta principal justo c
o! -
ebí haberme visto terrible -mi cabello enmarañado,
el auto-. ¿Qué h
e sus guerreros-. ¿Dejas a tu Compañera semanas antes
ero sus ojos se desviaron-. Ele
o... me está lastimando. Si dejas el territorio, la distancia me debilitará aún más. Cono
fortalecía a la madre y al cachorro
Vi el conflicto. Su mano se crispó, extendiéndose hacia mí. El Lazo de Compañ
l interior del auto. Sonaba adolorida
golpeando a Teo como una droga. El conflicto en sus ojos se desva
mismo, Aria -dijo-. Tú eres
la es
, mi voz temblando pero fuert
a mano en la puerta.
rugió cob
concentré en el hilo invisible que conectaba nuestras almas. A medida que la dist
o mientras veía sus luces traseras de
el cha
palabras. Pero emocionalmente, la conexión se cortó. La
rdaderame
raban con una mezcla de lástima y desprecio.
. Era una mujer alta y severa con cabello plateado y ojos como pedernal. Nu
cina -dije-.
s tolerado tus celos lo suficiente. Ahora que mi hijo se
a dos guardia
ron de lo
toquen
ancia de mi Compañero habían drenado mi energía. Me arrast
el pesado deslizam