Promesas Rotas, Un Corazón Vengativo Regresa
ista de So
, su voz un susurro
e que atraparlo con un hijo funcionaría. -Su risa fue un sonido corto y feo-. Como si él
. Había tomado el momento más doloroso y privado de
lo que había perdido, volvió con una fuerza sofocante. Alejandro nunca había llamado, nunca había preguntado si es
abía cont
rompió. El dolor, la humillación, el duelo interminable, todo se fusionó en u
voz clara y firme-. S
Isabella de repente gritó y se arrojó al suelo, a
voz llena de lágrimas fa
e falso que casi me reí. Le di la espalda,
su voz. Fría.
ios está pa
as arrugas delataban que no había estado en casa. Entró en la habitación, sus ojos como trozos
ro en su pecho-. Ella... ella me empujó. Le dije q
ieran moliendo hasta convertirlo en polvo. Observ
n una rabia que ya no podía conte
jos, que habían tenido un destello de algo casi humano hace unas horas en e
as a hablarl
mbres leales de mi padre, estaban mirando, sus ojos llenos de una mezcla
dujo lejos. Me quedé sola en el centro de la habitación, el silencio de mi oficina más ensord
, ¿est
é decir, con la garga
rían en rumores, y los rumores en hechos. Mi autoridad, mi c
en mi vientre plano, donde una vida había parpadeado tan brevemente. Había sido tan tonta. Realmente había pensado,
ivocada
ro de mis socios comerciales l
ento-. Pero los federales están respirando en el cuello de todos. Se di
elo había construido, el legado que mi padre había
a familia, un hombre con profundos lazos
pregunté, mi voz tensa-. ¿Po
pausa al otro l
pesada-. Es Navarro
gre se
ué
e un mes -dijo Frank, su voz bajando a un susurro-. Dijo que va a hac
e había desechado. Estaba salando la tierra para q