El Secreto Mortal de Mi Esposo Mafioso
de M
u voz llegó a través de la línea,
lo que pasó.
a -dije, mis ojos fij
ico. Hice que algunas personas investigaran. Estaba de fiesta en Mónaco, acostándose con un traficante
ella era una serpiente venenosa, y Dante era un tonto, tan cegado por la o
de S
lla en la torre, me acorra
insulto-. Sería una pena que no pudieras seguir con tu pasatiempo. -Se inclinó más cerca, su susurr
dosamente construida de indiferencia. No
a habitación y arrojó una pequeña caja de terci
esto? -
as se desabotonaba la camisa-. Por tu bue
laba bajo las luces, un río de fuego frío y perfe
caba absolut
ón. Pago por mi humillación, por mi dolor, por mi sumisión: el
é la
mi voz perfectamente un
a, ya olvidándolo
a madera pulida era un eco tangible del que se asentaba en lo prof
lto precio que esta