El Secreto Mortal de Mi Esposo Mafioso

Montenegro, el Don más temido de Monterrey. Confundí sus

í el divorcio, se rio. Una hora des

oscura esquina bajo la lluvia torr

una transacción, un pacto para saldar las deudas de mi padre. Yo solo era un reemplazo, una sustitut

igación que podía desechar a su antojo. Pensó que era demasiado débil, d

te correría a escon

ullo. Para romper un pacto con un Don, no puedes simplemente huir. Tienes que estar preparada para la guerra.

ítu

de S

e le pedí el divorcio a mi

s luces traseras de su camioneta blindada se desvanecían en la noche, con su amante a salvo

ra de esa camioneta, con el aire denso

acto, Dante -dije, mi

a Montenegro, el Diablo de Monterrey-, esto no era una pe

la ventana salpicada de lluvia, las luces de

una niñ

y tu esposa. Y quier

mo una noche de invierno, se posaron en mí. Era hermoso, de la misma manera que un jaguar es hermoso justo antes de romperte el cuello. Su poder era algo físico, un peso palpable que aplastaba

mi e

a entre nosotros. El nombre en

a se desvaneció, reemplazada por un destell

t

u voz un murmul

ble. Escuchó, con el ceño f

No, claro que no.

den al chofer. La camio

te -m

uvia de afuera de repent

Qu

rovista de cualquier emoción. Ya había term

a puerta a mi lado se desbloqueó con un suave clic.

me

n sonido i

hagas est

la orilla de la carretera? -Mi

nece

quedó suspendida en el

transacción. El juramento de sangre que le había hecho a su Nonna moribunda para saldar las deudas médica

ra mí, las proyecciones privadas de películas clásicas... todo era una actuación para un fantasma. Solo había descubierto la verdad una semana atrás, por s

nunca te ha visto, Sofi. No a la verdade

la cam

ejó sin mirar atrás, dejándome bajo la lluvia torrencial. El agua empapó mi vestido delgado, pegándolo a mi

en mi bolsillo. Un

do estés lista, aquí e

ndo sobre el cristal. Él pensaba

Te cazaría hasta el fin del mundo, no por amor, s

con un Don, no pued

empapada y abandonada, me di cuenta de que lo estab