Los arrepentimientos del Alfa dominante
er, sentí que una manta cál
medrentó a los sirvientes que se bur
formaba en mi garganta y las
s semblantes cambiaron al dirigir la mirada hacia algo detrás de no
frialdad: "Abandonen la Manada de la Luna Negra. A par
ando de la Manada
erlo. "¿Pero
bieras puesto algo a la bebida de Killian, ¿cómo habrías podido acercarte a él para seducirlo? Le tend
lgo en el vino? ¡Pero si y
é: "¡Yo no sé nada d
creyó; solo recibí m
or su cuenta! ¡Él me violó! ¿Por qué teníam
illian! ¡Déjenme
n y ordenó: "Killian no quiere verte. Deja de de
rupo de sirvientes c
. Pero no éramos rival para ellos. Nos inmovilizaron y
tenencias detrás de no
torpeza. Mi madre, con los ojos llenos de
ó una mano al pecho
n mis brazos. "¿Mamá?", pregunt
pados se cerraron y p
é a la espalda y corrí hacia el
día pe
to?", pregunté, mirando a
confirmó. "Requiere una operación de inmedi
cia, no te
forma de hacer la cirugía primero? Paga
aciencia: "No puedo hacer excepciones con una paria.
salió de la
ba a h
ma, y me obligué a calmarme a pesa
a una manada, haber perdido toda su prote
a dónde ir. Sin embargo, no pensaba rendirme. No iba a abandonar a mi madre,
ría acudir
puesta a intentarlo, aunque no esta
martilleaba en el pecho. Era una decisión increíblemente arries
la ventana de Raylan, con la esperanza
por la ansiedad, una luz se
e Kil
ya era demasiado tarde:
voz contenida, exigió: "¿C
ación contigua. Con una sonrisa sarcástica, preguntó: "¿Viniste a buscar a Raylan? ¿De
as me conf
Raylan? Yo solo
eso él, que se su
el estado de mi madre y el dinero para salvarla. Volver había sido una locura,
ecía frío e inflexible, y supe
otra opción qu