Los arrepentimientos del Alfa dominante
e vista
mi única familia, y ahora se había ido para siempre. La realidad de su muerte me golp
acerse cargo del cuerpo
lo que me pareció una eternidad, hasta que tropecé con u
nterrarl
hermosas flores que sabía que
en el corazón, pero no me salieron más lágrim
da había perdid
as palabras de mi madre pidiéndome que siguiera adelante, me sentía completamente
bayas silvestres
sumida en mi dolor y perdiendo la
un sueño, creí oír qu
Higgi
y noté a tres hombres lob
hombres lobo de la Man
gnoraran si nos encontrábamos en la naturaleza. Sin embargo, me rodearon d
as hablaba con un tono displicente: "Me preguntaba quién era. Así que er
: "Sí, divirtámonos contigo. Tengo curiosidad por sa
terrible noche inundaron mi mente. "¡Apártense de mi ca
on sorprendidos por mi repentino arrebato y se detuvieron unos segundos. Ap
orr
a adelante sin mirar atrás, con el co
Al final, tropecé con un club que estaba lleno de hombres lobo. La tenue
í paso entre la multitud de gente. Los aullidos de los hombr
obable en este lugar. Dudaba que alguien quisiera arriesgarse a mete
o me di cuenta de que estab
es un callejón sin salid
e pudiera darme la vuelta, los
uerza, haciendo que mi hombro chocara contra l
r de nosotros!", me rugió ferozmente.
odearon más de cerca y empe
fuerzas y grité pidiendo ayuda, con la esperanza
en que pueda ayudarme?
camente contra los hombres lobo,
botella d
rré el objeto y lo rompí c
cortaron la palma de la mano. Luché contra el dolor y agité un trozo de cristal roto en su
eración y la desesperanza se apoderaban de mí. Me resigné al hecho de que iba a morir. La id
e veré!', pensé
bo que tenía delante se detuvo en seco, y los otr
de hombres lobo se acercaba a mi lado. Al frente había una loba, y a su
ad. "Están en el territorio de los expulsados, el Club Media Luna. Por f
e los dirigía escupió con desprecio mientras decía: "¿Cómo te atreves a desafiar a la Mana
mirada, pero tras un momento de vacilación, hizo
gro. Dejé escapar un profundo suspiro y me desplomé en el
ertes me sujetaron par
ificar a la persona que me había sujetado. De re