Los arrepentimientos del Alfa dominante
/0/19446/coverbig.jpg?v=aeb9b442d803784bc4aee648a8c13c3c&imageMogr2/format/webp)
ista de Ny
e vino y llévasela al
bré delicadamente la bandeja, abriéndome p
odiosas notas de la música llenaban el aire. Aun así, como una simp
e la Luna Negra y, por lo tanto, representantes de todas las manadas
un asunto de gran importancia y preocupación para todos los presentes. Todos los ojos estab
tomado dos esposas y hab
ara heredar el título de Alfa, su hermano menor, Killian Cohen, había demostrado ser más
sabía que debía ser meticulosa y vigilante, teniendo cuidado de
en mi hombro hizo que el
stabilizar la copa, derramando una pequeña cantidad de vino en el proceso. Af
Nyla, ¡eres una completa inútil!". La persona q
y se burlaron de mí, pero me mantuve sere
desde que tengo memoria. Habiendo perdido a mi padre a una edad temprana, trabajé
ar de haber alcanzado la edad adulta. Esto les daba a todos la
n tan trascendental solo sirvió para avivar la envidia y el resenti
mativa presente no era otra que Killian, sentado en
la coloqué con delicadeza sobre su mesa,
bufido de desprecio antes de volver a
nte y me retiré a toda prisa. La reputación de Killian por su brutalidad implac
do por su amabilidad y compasión. De hecho, yo misma había reci
omo el heredero, porque si él asumía el puesto, mi vida dentro de l
nían poco peso o importancia en el gran esquema de las cosas. Al devolver la bandeja a su lugar, s
a era encontrar un rincón tranquilo donde pudiera descansar un rato
fin pude permitirme un momento de respiro. Me hundí en el acogedor rincón, apoy
en mi pacífico santuario, lanzándose hacia mí an
za por el terror, me retorcí y luché con
atención a mi resistencia, inmovilizándome firmemente contra el suelo con su peso. Luché y
da por los movimientos salvajes del hombre. Mi corazón se aceleró por el miedo y mi cuerpo tem
illo de banco. Al girar la cabeza para vislumbrar su rostro
.'. '¡Era
ba haciend
e era u
nó por la habitación mientras
ylan
. En mi corazón, le recé a la Diosa Luna, espera
mas corrían por mis mejillas y
después de mi comentario, pero no estaba segura de si
or me dificult
la agonía, quise acabar con m
giles nervios, poniéndome en alerta de inmediato. Reconocí la
dible chispa en
'. '¿Cómo podía Killia
. Ahora estaba completamente bajo el control de Killian, con el placer y el dolor en