Renacer para su amor salvaje
mente, con la mandíbula apretada. Por un segundo, un destello de miedo cruzó su rostr
eando! Vamos, todos saben
o no cedí. Simplemente me senté allí, con una sonrisa serena en mi ros
arse. Se llevó una mano a la
u voz temblorosa-. Creo que ne
ta. Se levantó y se ap
éfono de Eduardo vibró. Lo
emergencia. Tengo que tomar esta llamada. -Empujó su si
esposas en la mesa, tratando de llenar el silencio-. Inclu
Esperaba que me creyera su patética mentira. Esperaba que me sen
a un rudo
s de conversación forzada
Dalia -dije dulcemente-. El ai
is ojos escaneando el perímetro. Desde un rincón oscuro, a través de una gran ventana
n micrófono de alta potencia que Joaquín me había conseguido. Lo suficientemente pequeño como para pasar desapercibido, lo suficientemente p
lo encendí. Sus voces llenaron
a, cargada de frustración-. Andar a escondidas, ocultándonos. ¡Quier
archa. Solo unos días más. Después de la boda, después del escándalo, y después
que finjo ser su hermanita adorable mientras tú sigues
estruir su reputación por completo. Tú fuiste la que dijo que necesitábamos el video falso. T
los discutir mi asesinato tan
a, mirando a todos por encima del hombro. Se lo merece. En la boda, cuando p
er cada palabra venenosa. Con calma, metí la mano en mi bolso y p
odio, su codicia. Cuando finalmente terminaron, apagué e
arde, sonó mi telé
amento mucho eso. Se cayó un servidor en la empresa. Llevo a Dal
mi voz tan dulce como la miel-.
s ante mis ojos. Me había dejado aquí. Varada. En su mente, yo era un
s tranquilos, los grandes gestos. Todo era una mentira. El verdadero afecto, me di cuenta, no siempre grita desde los e
ía un taxi. Iría a casa y dormiría en la habitación de invitados.
, el aire fresco de la noche se sentía bien en mi piel. Un elegante c
o. Salió del coche y caminó hacia mí, su
ullo grave-. Dijo que Eduardo ya se habí