Una Década Deshecha por el Engaño
pantalla, luego en mí. El aire estaba ca
hablando, su voz resonando en
galos de Japón a todos
ando de cubrir el enorme agujero de la verdad. Mis oídos zumbaban. No podía oír nada. Todo lo qu
erminó. La pantal
do las piernas inestables. Cam
mi último día -dije, mi voz sorprendent
recorrió a
as sabiendo a libertad-. Como pueden ver, ella ha encontrado
de jugo; todavía
o a todos
ciones y despedidas confusas. El jugo
és de que la fiesta
-pregunté, mi voz de
terminar aquí -dijo, su mentira tan f
pagado en mi mano y lo
me pre
iez años al menos ese respeto. Pero ella estaba demasiado
de Recursos Humanos para f
ueva asistente me lla
queña pastelería del centro. ¿Podrías ir por él? Dijo que está
veinte minutos de la oficina. No estab
ría se apoderó de mí. Necesit
to era idílico, con tiendas de lujo y l
da detrás de ellos: "¡Felicidades, K+J!". Estaban teniendo su propia celebración privada por e
ándolos. Una pareja chocó conmi
i mundo entero, y sonreí. Una sonris
Kendra -
ue renunció a su guitarra, para el hombre que renunció a
en una vida. No desperd
a pastelería, nuestra pastelería, y su rostro se puso pálido. Lo supo. Miró frenéti
mbor hueco. Firmé el último formulario, borré mi huella digi
última caja de pertenencias, las pue
a entró corriendo, con el rostro convertido en una más
cruzaron en el hueco, uno
nos cruzamos