De Ahogada a Amada: Una Segunda Oportunidad
ienda departamental a comprar un cuadern
etrás del mostrador-. ¿Podría da
umpió. Un joven empujó al vendedor
no menor de Kenia. Había oído que era un moc
a trabaja
jo? -pregunté, genu
, un brillo desagradab
guió. Después de todo,
ca, su voz en un s
ida, pero ni siquiera lo sabías. D
grio se revolvió
ranja. Me había tragado el orgullo y le había preguntado a Alejandro si podía a
gado, su voz f
avores personales, Eva. Es
roma. No tenía principios cuando
timiento e int
comprar
ia atrás, con lo
o. Se nos
ije, señalando la
a de gobierno -dijo con soltura-. N
iré
¿Y ese
ser
a t
én res
ndí. Lo estaba hac
ndo esto tan difícil? -p
bur
interpones entre mi
sto hacia
lejandro. A ver
e pondría de su lado sin pensarlo
e la tienda, la risa bur
l departamento, el aire
sofá, con rostros sombríos. Alejandro y Kenia e
y su rostro se iluminó
Ven, si
udé cor
Garza, se
a, con tono cálido-. Deber
zón dolido. No podía soportar decepciona
desvaneció cuando se volvió hacia
? Eres un hombre comprometido.
, con voz cortante-. Es mi asistente legal y se está re