De Ahogada a Amada: Una Segunda Oportunidad
algo -quizás culpa- cruzó su rostro. Sus o
oz volviéndose fría de nuev
más tarde. Déjal
inceridad mientras empezaba a juguetear con el cierr
pudiera alabar su gen
No uso la ropa
, tomando
un momento. Usted
o-. Te dije que hicieras el cal
no obedecí. Ni
er -dije, caminando hacia la p
o conocía, nunca había cocinado una comida.
sus ojos y salí, cerrando la p
go importan
prar un bolet
erada. Para cuando finalmente llegué a la ventanilla, mi cuerpo estaba entumecido por el f
dolorido a casa mie
perando, su rostro com
he? -espetó-. ¡Kenia y yo est
icamente haci
cayó! ¡Se torció el to
cama, con el tobillo apoyado en una almoh
terpretando su papel a la perfección-. Eva solo
ejandro se enso
te con el
al y genuina esta v
N
ó a un
su hogar. Si ni siquiera puedes manej
su carta
lpas, este comp
iluminó los ojos de Kenia an
smo que yo quería, pero si aceptaba demasiado fácil, sospecharía. Encontraría
podía arriesgarme a que s
do y me tragué el orgullo p
con la voz tensa
nmediato, una satisfacción a
conoce su lugar, que es generosa y perdona, ese
y miré a Kenia. Hice una r
apreciar-. Estuve mal. Ya no estaré celosa del cuidado que re
ndaba mal en mi tono, pero no pudo identificarl
eso está arreglado, to
, mis ojos compl
-d
jos estaban oscuros de resentimient
aví