La herencia de la Reina
biente de la mansión seguía siendo tenso. El murmullode las conversaciones todavía flotaba en el aire, pero Valeria sentía que algo se había roto. La cena había sido un desfile de palabras vacías
a empresa, sino por la forma en que su presencia llenaba la sala. Era inteligente, competente, y su capacidad para manejar los negocios era indiscutible. Pero había algo extraño
ella. Se giró y vio a Alejandro acercándose,
era suave, casi preocupado, pero Valeria notó una ligera distancia en su vo
madre seguían sin resolverse. Pero algo en la actitud de Alejandro le hacía pensar que no podía confiar completamente en él. Tal vez él no tuviera na
nsar en lo que había dicho Hugo Valenzuela esa tarde. La señora Gómez, tu madre... nunca imag
abeza. Valeria se giró hacia Alejan
los orígenes de mi madre? -preguntó directamente,
rara vez mostraba. Miró hacia el pasillo antes de respo
tono era neutral, pero Valeria podía detectar una leve tensión en su voz. -No te preocupes por eso, Valeria. E
re al mando, alguien con control, pero en ese momento, algo en su acti
i madre estuvo tan vinculada a esta familia, ¿por qué nunca me hab
ia creyó ver una sombra de incomodidad en sus ojos. S
de tranquilizarla, la inquietó aún más. -Tu madre fue parte de esta familia, pero tambi
tro dijera algo más. Valeria sentía la necesidad de obtener más, pero algo en la actitud de Alejandro la frenaba
paso atrás, rompiend
sobre la herencia. Es una gran responsabilidad. Lo que tienes que entender ahora es que esta fami
do dentro de ella. La mezcla de admiración que sentía por Alejandro por su éxito y su habilidad para controlar la situación
al del pasillo. Valeria lo observó hasta que desapareció entre las sombras del pasillo, preg
ejandro que la atraía, una fuerza de voluntad, una confianza casi palpable. Pero al mismo tiempo, no podía evitar sentir que estaba siendo control
contener secretos que estaban más allá de lo que su vista podía alcanzar. ¿Era Alejandro simplemente un hombre compete
jarse más cuanto más