La herencia de la Reina
ente, cargado de una sofisticación silenciosa, parecía estar diseñado para impresionar a cualquiera que lo pisara, y Valeria no podía evitar sentirs
parecían observarla con una curiosidad implacable, c
tía que nada de eso le importaba realmente. Su mente estaba fija en lo que le había dicho el abogado: su madre había sido parte de esa familia. ¿Qué significaba eso? ¿Cómo? N
a Valenzuela comenzaría en breve. El momento había llegado. La reunión no era solo una formalidad para poner en orden los asuntos legales de la herenci
n en nada: la ambientación de la habitación, la atención a los detalles, hasta la ropa de los presentes mostraba una elegancia que parecía innata. Valeria no podía
dirigieron hacia ella. Algunos eran miradas curiosas, otras más frías, pe
strechar su mano. Su mirada era afable, pero Valeria pudo notar una pizca de des
la sonrisa que le ofreció era cordial, pero algo en ella le hizo pensar que no estaba siendo completamente si
e que la de Claudia. Hugo Valenzuela era un hombre de unos 40 años, con el cabello perfectamente peinado hacia atrás y un rostro
venes, otros mayores, pero todos con una aura de poder y distinción que la hacían sentirse pequeña. En
ltas a la misma pregunta: ¿Cómo había estado vinculada su madre con esta familia? Sus ojos se desviaban hacia las paredes, los cuadros de antepasados, preguntándose s
o Valenzuela hablar, y su tono de
mirando a Valeria con una expresión seria-. Aunque la familia siempre fue reservada, nunca ima
no pudo evitar preguntarse si su madre había tenido la oportunidad de contarle sob
ntos personales se complican. Es lamentable que Alicia no haya sido capaz de transmitirte la importanc
de que su madre no le hubiera contado nada sobre su pasado, sob
en el aire, intervino rápidam
do muy involucrado en los negocios de la familia, y se asegurará de que todo se m
la por un momento, y Valeria pudo ver una mezcla de preocupación y comprensión en su rostro. Quizás él también entendí
nque un tanto distante, tiene sus razones para mantener ciertos secretos. Pero ahora que eres parte de todo est
Valeria tenía en su interior. ¿Por qué ahora? ¿Por qué ella? Y, sobre todo, ¿qué
que pasaba por su mente era la imagen de su madre, su vida ocu
ena estaba lista. A pesar de su frialdad, la familia se mostró bastante c
o. Pero lo importante ahora es que estás aquí, y
hacia el comedor, la sensación de estar fuera de lugar se hacía cada vez más fuerte. Sabía que la única manera de enco