Adiós mi marido despiadado y mi hijo ingrato
la última camisa del suelo. La cara
dijo ella en voz baja. "No
re... no es el Diego que conocíam
verdad amarga. "C
Justo cuando pensaba que se había librado de él, Diego apareci
él, su tono ahora
mismo había hecho para ella en su primer aniversario. Dentro había u
o poner la caja en su mano. "Para
? ¿Los tiempos que él había calificado de "pasatiempo"? Era un insulto a su
sto como una señal de que todavía le importaba. Ahora, solo ve
su juego, solo
resión cuidadosamente ne
, todavía aferrada al pasado. Creyó que ella se iría, gastaría el dinero y, cuando se le aca
iviértete en España. Gasta el dinero. Cuando te canses de jugar a ser independiente,
eada de náuseas. Pero mantuvo su rostro impasible. Asintió len
saré" ,
mpletamente seguro de su victoria. Le dio
na ch
ancia de un rey que acaba de per
a distancia. Miró la caja de madera en su mano. El símbol
el bote de basura más cercano. Sin dudarlo un segundo, dejó caer la caj
nos tiempos que nunca existie
No volvería arrastrándose. No volvería en absoluto. Y cuando se volvieran a ver, ella no s