La Venganza De La Esposa
de los peseros y el aroma a pan dulce de una panadería cercana. Con Luna envuelta en mi rebozo, caminé p
l auricular de metal estaba frío y grasoso. Deposité unas monedas y marqué un nú
eces. Una voz profund
uen
egunté, mi vo
io al otro lad
¿Eres t
, me rompió un poco. Las lágrimas que hab
Mateo, nece
cuando a mí me adoptaron mis padres, y él se quedó hasta que tuvo edad para irse. Había oído rumores de que se había metido en la lucha libre, que era un luc
su voz se endureció al mencionar el nomb
¿Podemos vernos? No
, chaparra. ¿
de una pequeña fond
e muevas de ahí. Lle
endo un pequeño brote de
tela en magia. Eran gente humilde, buena. Me habían sacado del orfanato, me habían dado un hogar, un apellido, un amor incondicional. Y yo les había pagado llevando a un monstruo a
d de Ricardo. De él bajaron sus amigos, su "corte" de músicos bohemios y p
aquí tan temprano? ¿
lir," respon
nos acabó el trago. Ricardo nos dijo que seguro tú nos podías fiar para
vicios. La humillación era constante, una llovizna de mierda que nunca paraba. En
vez
je, mi voz fría comoe El Toro se
difícil, Sofía. Ricardo es nuestro co
a el pecho. Estaba a punto de gritarles que se largaran cuando un coch
uctor se abrió y d
Ma
caro. Su cabello estaba corto y peinado hacia atrás, y una cicatriz delgada cruzaba una de s
él y la pandilla de
un segundo. Luego, su mirada se posó en El Toro y s
preguntó Mateo, su voz tranqu