La Venganza De La Esposa
je caro, el coche de lujo, la confianza que emanaba de él. La arrog
con la esposa de nuestro amigo," dijo El Tor
ues su plática parecía estar incomodándol
ugerencia. F
sas. Murmuraron unas excusas y se subieron a su coc
acercó a mí. Su rostro se suaviz
bien? ¿Te hi
los últimos minutos se liberó y sentí que las pierna
estoy aquí. Vam
idió dos cafés de olla y un vaso de leche
a eso. Pero le conté de la traición, del dinero, de la humillación constan
vez más a medida que yo hablaba. Cuando terminé, se que
supe que no era bueno para ti. Desde el día que lo conociste en
enua que había caído en la
ue lo amaba
lmente es," dijo Mateo con gentileza. "Pero eso ya no
quedado dormida en mis braz
teo. Pero no tengo a dónde ir.
darlo. "Tengo un departamento grande.
ro antes de que pudiera
s todo. Pero lo haremos de forma inteligente. Sin escándalos
de seguridad. Este no era el Mateo que yo recordaba. Este era un hombre que s
Lo primero era asegurar mi bienestar y el de Luna. Me llevó a su departamento, un lugar moderno y
nada. Contrató a una abogada, una mujer inteligente y dura, para que empeza
, quizás preguntando en el mercado, quizás uno de sus amigos me vi
con este tipo!", gritó, señalando a M
rracho," le dije, tratan
hija! ¡Me las llevo a casa!", gritó, t
ni un centímetro.
teo, su voz peligrosamente tranquila. "Lárgate d
es mi esposa!", insistió Ricardo,
te da derecho a maltrat
Ricardo. Su rostro se contorsionó de rabia. En un ar
cho por ti! ¡Me abandonas por este ricachón!", gritó. "¡P
zos, asustada por los gritos. En sus ojos no vi amor de pa
a. Este era el hombre que había que
ije, mi voz sonando más f
risa amarga y
ú volverás a casa, Sofía.
se fue, tambaleán
azando a Luna. Mateo pu
es. No dejaré
la bravuconería de un borracho. Era una promesa. Y el miedo, un