La Élite - trilogía la Selección
unque la madre de Clarkson sugirió que debería tener más. Yo solo quería a mis dos
llo sería una competición tan dura que no habría ocasión para trabar amistades. Sin embargo, ella se me abrió desde el primer
xon. Y al presionarla para que me lo explicara, se había cerrado en banda. No estaba enfadada conmigo
riss-. O sea, en el caso de que Maxon m
te-. No hacen más que distraer la atención. Y como la ceremonia v
ntarnos a hablar con la reina Amberly, y ahí estaba Celeste,
n voz baja-. Las chicas de Nueva Asia usan mucho el rojo en sus ceremonias, y el novio tiene que
ccionó al
ra tu boda. ¡Me en
mbién! -exc
odo el rato -intervino la reina Amberly
quello me pilló compl
lugar en la Oficina Provincial de Servicios de Carolina
a sabéis, cuando te lleva del brazo y te pone la mano en la de tu futuro marido. Eso es l
mundo -protestó Celeste-.
berme molestado, pero me li
dre está de acuerdo con mi decisi
Natalie, dando un sorbo al
ly soltó una r
ue sea el padre de la novia elegida -rectificó, al darse cuenta de que
ablado de lo nuestro. Poco después pusimos fin a la charla
visor empotrado en la pared, y las o
sentamos juntas en una de las mesas-. Diría
vez más ilusionada con
o la hermana de la reina Amberly sobre las veces qu
se abriría más a nosotras cuando e
no tienes otros planes para tu boda, o es
sta mucho imaginarme una gra
meneó l
nco. Ahora e
s -artistas y músicos, generalmente mal pagados- y, aunque odiaba el sistema de castas,
dar clases
ee, leyendo la expresión de mi rostro-. Aún
star, pero nos interrum
a distancia contra el sofá y volviend
olpeaba el mando a distancia una y otra vez hasta que se rindió y se decidió a cambiar e
lee-. ¿Has observado que Natalie
irando al trío de chicas
taba examinándose las puntas del cabello; de vez
a dist
sé-. Cuesta más relajarse y disfrutar del
miramos un momento, pero enseguida apa
Marlee, levantándose-. Cre
ctamente lo mismo. ¿Qui
ó y meneó
. Yo me acabar
uelvo en
dido pasillo tomándome mi tiempo. Aún no me hacía
a darme de bruces contra un
-exc
asustado -se disculpó. Me cogió de los c
pasa nada. Debería haber mirado por dón
ondió, con una r
oy Am
o
la mirada al techo;
larle la próxima vez que
ó a s
e tenga un buen
d tam
contra el soldado Woodwork y le advertí de que mirar
anas, charlando sobre nuestros lugares de origen y ace
sabía que Marlee y yo seguiríamos siendo amigas, echaría de menos hablar con ella a di
a con la mente en otra parte. Me pregunté qué estaría pensando, p