La Élite - trilogía la Selección
Maxon. Cada vez era más difícil pasar con él un momento realmente tranquilo y plácido. Intentaba aprovechar al máxi
cipio, cuando éramos treinta y cinco. Me imaginé que pensaría que tendría más tiempo para hacer su elección
que, si yo admitía que sentía lo mismo, sin reservas, acabaría con el concurso. Y a veces yo
ba al oído, y yo no sabía cómo tomarme aquello. Y además estaba el hecho de que aceptar al príncipe implicaba asumir tamb
supuesto, e
ión-, pero cuando se presentó en el palacio como soldado de la guardia, todos los sentimientos que había int
con alguien, algo que intentaba superar, y había accedido a darme tiempo para pasar página mientr
usto por encima de mi cabello, me lo pla
hace que no miraba las
la manta para protegerme de
id
stronomía. Si te fijas, verás que las estre
ma vez que miraste las estrellas fu
eó la
as presupuestarias y las reuniones del Comité de Infraestructuras. Oh
camisa almidonada. Animado por el contacto, Maxon trazó círcul
er eso? -respondió, f
impresión de que eres perfecto en todo.
un codo y se
s que no
a los pequeños puntos de contacto ent
cabeza y esboz
fatal. Y supongo que sería un cocinero terr
Nu
e te atiborra de pastelillos a diario, ¿no? P
. En mi casa yo ayudaba a pre
. ¿Qué más s
con un brillo en sus ojos marrones q
e descubiert
ént
lemente mal estar lejos de t
nr
as int
que se l
o esperes que empi
otro. En aquellos momentos, me resultaba facilísim
acercaba. Aunque nuestra cita era algo completamente aceptable, me sentí algo v
n guardia se acercaba a
tunarle, señor, pero no es conveniente permanece
axon, con un suspiro-.
ia nos d
volvió
rdiendo la paciencia con los rebeldes
ojos. Los rebeldes nos habían atacado dos veces desde el inicio de la Selecci
mucha experiencia al respecto, pero en
acudiéndola, descontento por que nos
do su atención-.
asi
tener el otro brazo libre y rodearme con él-. Deberíamos repetirlo algún otro día.
fáciles, más normales -repus
o con los brazos. Maxon dejó
reto, alteza, pero, incluso sin gua
l gesto, pero
ría más s
er, pero a mí me gustas tal como er
Lo que me gustaría saber es si al final que
aban Maxon y Aspen para mí, de corazón, una y otra vez, pero no estaba segu
erle a Maxon que seguirí
no
Aún no te puedo decir eso. Pero lo que sí puedo decirte es que quiero estar aquí
ibili
al ver lo bien
nemos posibilidades de
ón de pelo y me lo p
has posibilidades -contes
, pero, solo... d
estra noche juntos, con cierta esperanza. Bueno, y quizás algo más.
se inclinó y me besó. Fu
ás. Podría haberme quedado allí horas, pidiendo
al palacio-. Más vale que entremos antes de que lleg
a un muro encima. Prácticamente me arrastré hasta la segunda planta, pero, al
-. Debo de ser el peor guardia del mundo; todo este r
í eso no me gustaba nada, de modo que Maxon había insistido en ponerme un soldado de guardia en la puerta, por si surgía una emergencia. El caso es que, la may
ndo él cayó en la cuenta de lo que significaba que no estu
has pasa
e no hubiera nadie por allí-. No te enfades. F
ad, Mer? ¿Cómo voy a competir cuand
pero ¿qué p
es conmigo, Aspen. Esto
y enfadado contigo. Te echo de menos -añadió. Y no se atrevió a
iba a fundi
to todo lo que arriesgábamos-. Pero eso no cambia la situación en la que
o para coger l
ero... intenta encontra
do que sería eso, así que esbocé u
o que
as entraba en la habitación y
lo. Y, precisamente, esperaba que, con el