Corazones indomables.
os toca tener suerte mientras a otros les toca la gran desdicha,
tados finales dependen de nuestro esfuerzo, de la
mientras otros creen en las causalidades, fuera como fu
le para cumplir tus sueños. Aunque costará, aunque tropezaras millones de veces. Porque, nos guste o
de la universidad siendo por mucho el mejor de su clases. Por fin podrían dirigirse a él cómo Ingeniero Carbajal y estaba orgulloso de eso, si quizás le había tomado má
esadilla. Por un momento pensó que su mente le estaba jugando una muy mala pasada, que estaba alucinando pero ese andar era inconfundible, aquella penetrante mirada de ojo
es mostraban una madurez envidiable y exquisita que provocaba que fuera imposible confundirla con una niña pero la juventud de sus
que los presentes ignoran su presencia, siempre había sido así; una mujer elegante, sofisticada que atraía miradas aún siendo muy joven; con cada
ún más por esos labios carmesí que resultaban provocativos y aún así el no podía pensar en otra cosa qu
omo una deidad de la devastación que venía a poner su mundo de cabeza; porque de eso podía estar seguro si su vida se
dentro de su mente se dispararon y aún más cuando ella se inclino depositando un suave beso sobre su mejilla, no había nadie que no los estuviera
era ese mismo muchachito de años atrás, ahora era un hombre hecho y derecho; segur
tención a la presencia de los demás; quienes observaban interesado
da cuando una muchacha, de estatura baja y cabe
de dirigir su mirada a la mujer frente a su amigo; quien observaba c
aquel apoyo incondicional con el que había contado durante los últimos 5 años, más que su compañ
munal a aquella mujer bajita que actuaba de forma posesiva ante el hombre - pasaré por ti a las 7. Disfruta
era la dueña del universo. Y quizás tenía razones para ser así, ¡por Dios!, ella era Helena Bomparkt, única heredera de una cuantiosa fortuna, de un conglomerado de empresas situadas en la cima del éxito, un
piera en su vida de esa manera; cómo si aún tuviera alguna especie de poder so
do de quién se trataba pero queriendo escuchar de sus lab
lo que Helena Bomparkt había significado en su vida - Vamos Alexa, llegaremos tarde a
a se colorearan de rojo, no estaba acostumbrada que él tuviera gesto
uego la noche, en un club, beberían, bailarían y la pasarían genial. En ese momento era precisamente lo que Eduardo necesitaba. Perderse en el alcohol y olvida