Corazones indomables.
picardía, estaba sentada a horcajadas sobre el muchacho que no
s manos temblaban en el momento en que poso sus manos en la
ard notara su sonrojo, su relación había sido como una montaña rusa, llega de curvas y cambios inesperados;
ba cuánto intentará aparentar ser una chica poderosa e indomable, no deja
ientras la sujetaba de la barbilla para hacer qué alza
ron a desabrochar los botones de la camisa de Eduard, sus labios abandonaron los ajenos para comenzar a
or Helena, quien estaba de pie junto a él dando
uedado dormido?, ¿y por qué carajos estaba teniendo esos sueños relacionados c
veía bastante cansada, seguramente el viaje
andonar la habitación, Eduard se tomó un momento para aclarar su mente, finalmente
aún era de noche, seguramente Helena se había encargado de planear un via
rizaje personal, al mirar a su alrededor se dió cuenta de que parecía que estaban
minutos, al bajar del automóvil Esteban y Miguel silbaron por lo bajo, frente a sus ojos estaba u
e - anunció Helena, sonriendo ligeramente ante la expresión
pero antes de que pudiera dar un paso adentro de la propiedad fu
sorprendida ante las
tradición dicta que debes pasar el umbral de la puerta en mis brazos - él no estaba muy de acuerdo en tener ese tipo de gestos con Helena pero debía cum
que sus ojos ardían a causa de las
ntras rodeaba el cuello de Eduard suavemente con s
estaba depositando en el suelo, aseguránd
ntrar todo lo necesario en ellas - indico Helena
? - preguntó Eduard arqueando una
forma en que lo dijo, provocó que Eduard sintiera vergüenza. ¿Cu
nso que sea
de los brazos de la mujer que realmente amas... Ohh Dios te salve de esta bruja - sin siquiera mirarlo se acercó a la puerta d
da fija en el horizonte, en la luna llena. En un agil movimiento bajo el cierre de su vestido
observando la silueta de Helena ser ligeramente bañad
s años dónde estuvieron separados no existieran y deseo poder ser los
que Helena dejo en su alma cuando le envío aquella carta de despedida... cu
o a él, observando la espalda de Helena, co
rosamente
decirme la verdad - pidió Esteban, quien intuía que más allá
los ojos, lo que provocó que Eduard suspirara mientras pasaba una de sus manos por su cabello, despeinadolo - me dijo que me nec
ema, pones siempre a l
acuerdo... ella cumplirá los
entimientos por ella? - se
mirada hacía la figura de Helena aún en el agua. ¿Ten
corazón. No volvería a caer en sus redes - sin decir más se marchó rumbo a su habitación. No deseaba continuar con esa estúpida conversación.