Las aventuras del Beduino
sim
uedaba, me quedé encerrado esperando que mi brazo pronto sanará porque me lo había roto con el golpe al caer de la barda del hotel cuando traté de huir de los guardias del Jeque. Me sentía tan desanimado, había gastado ya casi todo mi dinero, no trabajaba, tenía que
ta que mi hombro y brazo fue sanando, ya me podía mover con libertad. Llegué a Manaos una ciudad que me recomendaron era toda una aventura porque desde ahí había lanchas y cruceros que te llevaban de tour por el maravilloso río Negro y el espectacular Amazonas. En mi mente guardaba imágenes del Río Amazonas en las fotografías de los libros que se guardaban en la biblioteca de la mansión de mis padres. Sería como un sueño hecho r
o en español, su voz es tremendamente ronca
ortugués, francés,
na sonrisa extra
ahora, pero sin dejar de clavar mis
un tour de estos -le respondo mientras que con el dedo índice de una de mis manos apun
de traba
como una oficina toda desorganizada. Miro a mi alrededor, hay papeles por todas partes, su mesa está llena de ellos, jun
r por tres dólares al día? -me pr
diato, este tipo cree que me puede estafar -acepto por cinco, no
s al día, pero trabajarás de 6 am hasta las 11 pm
tación, pero al mismo tiempo necesito el dinero par
n -no ten
mos por el río Negro hasta llegar al Amazonas, visitando el área donde se pueden ver las pirañas saltando por el río, caimanes retozando en el sol y otros animales propios de la selva. Cuando se llegó la hora del primer tour el capitán golpeo fuerte la puerta de la oficina para que saliera, ya era hora, al parecer los turistas ya estaban en el bote. El bote era un barco algo pequeño, de dos pisos con tres o cuatro habitac
no, unos en la proa y otros en la popa. Me planteé frente a los turistas, aclare mi garganta y intente de olvidarme de l
puesto el gorro de su sudadera. Lo que me llamó más la atención fue la cámara fotográfica con la que tomaba fotos del paisaje a nuestro alrededor. Sentí como un escalofrío recorrió todo mi cuerpo. Sería demasiada coincidencia que se tratará de Killa, pronto dejé de hablar y prestar mi atención a aquella chica que no volteaba. Pero después tuve que continuar con mi trabajo porque desde el timón
... era Killa. Sentí como mi corazón comenzó a bombear sangre de manera descontrolada. No podría explicar la felicidad que sentía de volverla a ver. Estaba a solo unos metros, no podía llegar hasta ella porque los turistas se amontonaron en la
o -no lo hiciste tan bien, todo el día estuviste distraído
rolas. Klla ya no estaba. Un vacío estrujo mi pecho. No podía creer que el destino me la pusiera en frente y por segunda ocasión no pudiera hablar con ella. Co
cuchar su nombre. Corría y corría desesperado por llegar hasta donde estaba, pude sentir un poco de alivio al ver que se giro para reconocer al tipo loco que c
no? -pregunto el chofer
a volteara. Apret
me recuperaba de todo lo que había
Madrid? -pre
ía escuchado en mi vida y quería seguir haciéndolo. Enderecé mi espalda, me hundí en el
! ¿Qué haces en Brasil? -su vo
tu
verla, era como un imán para mí. Era extraño y especial a la vez tenerla tan cerca, me gustaba que
en el to
abeza en a
tengo todo tu tiempo -exclamó de nuevo el
, me dio gusto volver a verte -dijo mord
volver a verla
e -le pedí casi en
ub