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Las aventuras del Beduino

Capítulo 2 Mis diecisiete

Palabras:1780    |    Actualizado en: 07/08/2023

sim

tal de la mansión Haram junto al desfile de personalidades de todo tipo, políticos, jeques, empresarios y demás, todos llegan con regalos ostentosos. De manera irónica el más emocionado con esta fiesta es mi herm

de estoy, no aparta la vista de mí. Siento la presencia de mi padre a mi lado. Aquel hombre de unos cincuenta años muy b

a mirada puesto que es obvio que si ha venido a la fiesta sabe que soy yo quien está cumpliendo años.

os de la actualidad, propietario de la naviera Khan Marine Corp, Khan… él es mi h

beneficiarnos a ambas familias, espero que el día de mañana podamos reunirnos los

re car

ión de mi hijo por demasiado tiempo, hoy es su fiesta de cumpleaños —mi padre analiza con la

escucharlo, es normal de mi padre ser altanero frente a las personas que considera son inferiore

ualquiera de los regalos que recibas hoy —él hombre le guiña un ojo a mi padre esbozando una sonrisa traviesa, frunzo el ceño, no entiendo nada de lo que dice

mi con una palmada en el hombro y con mi padre con un gran abrazo mientras dice que lo consid

en el blanco perfecto de los que buscan hacer negocios con la petrolera de la familia. Mi padre siempre ha sido muy precavido, todas las inversiones que hace siempre son seguras para no tener pérdidas, él espera mucho de mí, desde niño tuve una educación especial, una agenda llena de clases de inversiones, estadística y administración por ello es que soy tan bueno con l

s opciones que tengo para elegir a la adecuada para ti Hassim —dice mi padre acercando su ro

mi esposa, Padre? —pregunto s

las tradiciones de nuestro país, cada una de ellas ha sido educada para formar un hogar, cuando cump

onozca, que tal si no hay una conexión entre los dos. Mi estomago se revuelve con tan solo pensarlo. Pero tambié

ebro No me siento contento de cómo es la vida Emiratí. Me pregunto si acaso mi padre alguna vez también sint

is aposentos, estoy agotado —me disculpo esperan

e buen humor. Fij

recibir, aún no me has dicho que e

o no puedo decírselo frente a nuestros invitados, tendrá que ser en privado porque exi

ño capricho que tengo desde hace varios años —mi pa

todo lo posible po

eg

bre esto mañana por la mañana,

es retirarte, de

ole un beso e

ña y sencilla sobre mi mesita de estudio, alzo una ceja al descub

de cumpleaños de mi parte, al no saberlo, esto fue lo único que pude darte, es sencillo, pero

rse de lágrimas. Una felicidad inexplicable me embargó por completo. Al hojear las primeras páginas del pasaporte salieron fotos de lugares que conocía, algunos por fotografías, lugares lle

ver a encontrarte en

se de lágrimas. Un vacío en mi interior apareció. Dejé el pasaporte y

os cocineros se miraban unos a otros, pero no decían nada. Hasta que al ver mi cara de súplica uno de ellos

manos al cabello sacudiéndolo con frustración. Los demás cocineros me veían con lástima, ellos sabían lo mucho que le apreciaba a mi amigo. No pude soportar más esas miradas. Regresé corriendo a mi habitación. Sentía demasiada impotencia. La tristeza invadió mi corazón, lloré intensamente hundiendo mi rostro en una de las almohadas. Pensé que

cama tratando de escapar de ellos, no quería ni levantarme, no tenía ánimo de nada. El sonido fuerte del golpeteo en

a no parecía el mismo hombre amable y agradable de ayer en mi festejo, había regresado a ser el hombre serio que sie

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