Esta soy yo tratando de escribir las vivencias de un buen doctor.
Éste era un joven viviendo en las altas tierras de Asia.
Siendo desde niño un huérfano fue acogido por los monjes ahí aprendió muchas artes medicinales. El uso debido de las plantas, aprendió a ser un gran doctor sin llegar a una universidad, él tenía ese poder de sanar a las personas de cualquier mal y malas vivencias desagradables.
Cuándo Ji ya era un hombre de 24 años, bajó al pueblo, bueno ni tan pueblo, si no, a la ciudad, el caminó mucho hasta llegar a un bar restaurante, tenía mucha hambre.
Fue así que vio a una joven y espectacular mujer entrar por la puerta, esta mujer no era otra que una empresaria de alta calibre de una empresa cosmetiquera muy bien arraigada en esta gran Ciudad.