Kyra Lewis:
Soy una chica rica típica, llevando una vida llena de fiestas y bebidas. Estoy en una relación con Alex, un chico malo del que estoy completamente enamorada. Mis semanas estaban llenas de viajes, fiestas, gastos excesivos y un sinfín de amigos. Creía tener la vida perfecta. O al menos, así lo pensaba.
Hasta aquel fatídico día...
Era una noche más, volviendo de una fiesta. Aunque no había bebido ese día, nunca había conducido bajo la influencia del alcohol y, como estaba sola, permanecí sobria. Sin embargo, eso no significaba que otros no actuaran de manera irresponsable.
Estaba parada en un semáforo que, al abrirse, me permitió cruzar la calle. Tan pronto como comencé a cruzar, un coche a gran velocidad se acercó, chocando con mi vehículo. El impacto fue tan fuerte que mi coche volcó varias veces, y luego perdí el conocimiento.
☆
Al abrir los ojos, me encontré en una habitación blanca, conectada a aparatos. Sorprendentemente, no sentía dolor, y tomó un tiempo recordar lo que había sucedido. Sin embargo, algo estaba muy mal. Era como si sintiera la ausencia de una parte de mí. Al mirar hacia abajo, la dura realidad se impuso: había perdido una pierna. En ese momento, el tiempo pareció volver a pasar, y un desespero se apoderó de mí; empecé a llorar y gritar. A medida que la tensión aumentaba, una enfermera entró y le añadió algo a mi suero. Probablemente un tranquilizante, porque, en poco tiempo, conseguí calmarme y quedarme dormida.
☆
Cuando desperté nuevamente, mi madre estaba sentada en una silla al lado de la cama.
- ¿Mamá? -la llamé, y ella se volvió hacia mí instantáneamente.
- Hola, mi amor. ¿Estás bien?
- No, nada está bien.
- ¿Sientes dolor?
- Mamá, he perdido mi pierna. ¿Qué voy a hacer ahora?
- Deberías agradecer que estás viva.
Reconozco que tenía razón, pero siempre he sido una persona que valora mucho la apariencia; todo lo que hago es para sentirme más bonita. Ahora, estoy acostada en una cama de hospital, sin mi pierna y llena de moretones.
- ¿Saben quién chocó mi coche?
- Aún no. La persona se dio a la fuga y algunos vecinos no quieren permitir que la policía vea las grabaciones de las cámaras. Pero descubriremos quién hizo esto contigo, aunque tenga que presentar acciones legales para que los vecinos abran sus puertas y liberen las grabaciones.
- Está bien... esto va a ser muy difícil -respondí, mirando mi pierna.
- Lo lograrás, mi amor. Eres una chica muy fuerte -dijo ella, abrazándome.
A partir de ese momento, comenzaría un largo y doloroso camino hacia la recuperación.
[...]
Ya he estado en el hospital durante aproximadamente dos meses, tomando muchos medicamentos, realizando varios exámenes y teniendo cuidado de no contraer ninguna bacteria que pueda causar infecciones.
Durante este tiempo, ninguno de mis amigos ni mi novio vino a visitarme; debe ser que no les gustan mucho los hospitales. Estaba inmersa en mis pensamientos cuando mi madre entró a la habitación.
- Mañana ya puedes ir a casa -dijo animadamente.
- ¡Qué bien! No aguanto más en este hospital.
- Traje un bocadillo para ti -me entregó una bandeja con yogur y algunas frutas cortadas en pequeños cubos.
- ¡Gracias, ya tenía hambre!
- ¿Y cuándo no tienes hambre? -preguntó ella, sonriendo.
Asentí con una sonrisa mientras comenzaba a comer. Después de un rato, la enfermera entró con mi medicamento habitual de la tarde. No me gusta ese medicamento porque me deja somnolienta, y ya estoy bastante cansada.
Le entregué la bandeja a mi madre y tomé el medicamento. No pasó mucho tiempo antes de que sintiera el sueño llegar y, antes de darme cuenta, me quedé dormida.
☆
Escuché a alguien llamándome y abrí los ojos lentamente, viendo a mi madre al lado de la cama.
- Vaya, duermes demasiado -dijo, observándome.
- Ese medicamento me deja fuera de combate -respondí mientras me sentaba en la cama.