—Buenos días Sr. Paul, recuerde que hoy se reunirá con sus padres a las 3 de la tarde, dicen que tienen que hablar algo importante con usted — dijo una voz saliendo de un altavoz.
—Gracias por recordarlo Susana, ya lo había olvidado.
Paul corto el intercomunicador, en eso va entrando Edward.
— ¿Que me dice el hombre el hombre más codiciado de la ciudad? — dijo Edward.
—Hoy tengo que reunirme con mis padres.
— ¿Eso porque?
— ¿Recuerda que está establecido que mi padre se retirará cuando cumpla los 25 años?
—Si lo recuerdo muy bien, tú ocuparías la silla presidencial.
—Para que eso pase hay una sola condición con varias clausulas.
—No me lo habías dicho.
—Antes de cumplir los 25 años debo de estar casado, pero después de eso tengo que cumplir al menos 3 años de casado, si hay hijos de por medio sería mejor, pero yo no quiero eso.
—Pero sabes que si no lo cumples, perderás la oportunidad de subir a la presidencia y volverte el joven más rico de la ciudad.
—Pero de que me sirve eso, si debo de estar solo con una mujer.
—Míralo de está manera, solo serán tres años, luego de divorcias y recupera tu vida.
—Eso es otra de las clausulas, si yo llego a divorciarme, la mitad de los bienes le quedarían a esa persona.
—Pero ¿A qué persona en su sano juicio se le ocurre poner semejante clausula?
—A mi abuelo, él decía que aquellos que quieran asumir un puesto de tal magnitud, deberá de ser responsable en su vida personal, mi padre conoció a mi madre a los 22 y a los 24 se casaron, por eso no tuvo ningún inconveniente al ocupar la silla, yo tengo 24 y no tengo a nadie.
—No sé que decirte, no puedes casarte con cualquier persona, sino afectarías a toda tu familia, alguna chica bonita con quién hayas estado y quieras hacer tu vida.
—Sabes muy bien que yo no soy de establecer relaciones afectuosas.
En eso son interrumpidos por el intercomunicador.
—Disculpe Sr. Paul, pero aquí está la aspirante a la nueva secretaria.
—Gracias Susana, que esperé un momento.
— ¿Nueva Secretaria? ¿Que pasa con Naomi? — Pregunta Edward.
—Ella renunció ayer, mi padre me ha encargado de entrevistar a la nueva secretaria, he citado a algunas aspirantes, veremos qué tal.
—Pues hazla pasar, quiero ver qué tal.
—Solo te pido que no te pases de la raya.
—Tranquilo, me sabré comportar.