Eres mi Adicción de Ida Gonzalez

Vladimir me empujó dentro del coche mientras los fans gritaban mi nombre y algunos periodistas gritaban noticias sobre mi actual ex novio.

-“Arranca"-ordeno mi tío Vladimir a Omar, este asintió dándome una mirada de compasión.

Levanté mi espejo y me retoqué un poco mi cabello pelirrojo. Lo cual no dura mucho hasta que alguien arranca el pequeño espejo de mi mano.

-“Tassia, debemos hablar cielo, es evidente que no estás bien, no solo por qué cancele las próximas giras…”-

-“Tio Vlad, estoy bien, Mark no me va a humillar sin pagar caro, creeme que le haré pasar lo musmo…”-

-“¡Esa es la actitud! Natasha Ivolkov Feng no puede dejar que un idiota la humille, ya te dije que si quieres puedo hacer que ese tonto no vuelva a los medios, no somos italianos de origen pero tenemos la misma influencia…tu padre quiere que vuelvas a verlo este fin de semana, hay una reunión..”-

Mi tío Vladimir sonrió y miró el camino mientras Omar conducía rumbo a mi nueva casa en Italia. Vladimir era lo opuesto a mi padre, el cual era pelirrojo cómo yo pero se veía más recatado y serio, mientras mi tío tenía el pelo plateado con una cara tan juvenil que no parecía tener sus 40 años, muchas chicas nuevas creían que era mi hermano mayor en vez de mi tío y manager. O en lo peor de los casos pensaba que era mi sugar daddy.

Suspire cansada, había tenido una leve gira cantando y necesitaba descansar, volver a mi vida universitaria y normal. Mark…ese idiota, el era la razón por la cual no volverá a confiar en un chico italiano, aun no entendía por qué no me había dado cuenta que era un imbécil, las citas y canciones me confundieron y llegué a sentír que por fin alguien me había entendido y me veía como muchos más que la artista rusa exótica, pero las llamadas y los mensajes dejaron de ser contestadas en cierto tiempo, las noticias de su traición no tardaron en salir.

El dolor de ser traicionada aún palpita…y es peor cuando todo el mundo te recuerda y señala..

-“Llegamos”-escuche decir a mi tío -“Bien, Tassia, ve a cambiarte, en un rato debes ir a la universidad, tienes cinco horas para descansar, te veo en unos días cielo, me tomaré un vuelo para ir a ver a tu padre, nos vemos en unos días…”- y así como termino de hablar se metió al auto y huyó dejándola sola en la entrada de la mansión innecesariamente grande.

Carlotta, la ama de llaves de la familia, me sonrió con alegría y corrí a abrazarla.

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La luz me estaba dejando ciega. Mire a mi amiga Dalia, la cual hacía caras graciosas mientras el profesor estaba explicando el por qué estudiamos sociología en una carrera de ingeniería informática.

El profesor Thompson dió su última oración cuando el sonido chirriante de receso sonó, mis compañeros se levantaron inmediatamente escapando luego de cuatro horas de charla sociológica.

-“Dime que anotaste un resumen de la clase porque no escuché nada de lo que dijo Thompson"-dijo Dalia.

La miré divertida mientras sacaba algunas notas de mi mochila y se las daba. Ella chillo de emoción y movió su cabello negro con felicidad.

-“¿Cómo te fue en la gira? Te veo agotada y encima ese idiota de Mark…”-

-“Dalia, está bien, no hablemos de él aunque presiento que no tardaré en escuchar otra vez su nombre..”-dije mientras sentía las miradas de los demás a mi alrededor.

Llegamos al comedor, el cual estaba repleto y nos acercamos a agarrar el desayuno. La universidad era de las más prestigiosas y de las más caras, todos los que estaban aquí eran niños millonarios, lo cual significaba que los grupos excluyentes estaban en cada mesa.

Yo era una artista que se dedicaba a la música y era vista desde otros ojos por los demás, cada error mío era como carne sangrante en un mar lleno de pirañas.

Dalia estaba hablando de algo pero fue tarde cuando sentí un líquido en mi camisa. Chille al sentir el calor quemarme y levanté la vista.

Francesca Fang se reía con sus amigas mientras se disculpaba falsamente. Su origen asiático no evitaba que fuera una perra abusiva.

-“¡Ay lo siento! Dolcezza no te vi…”-dijo con tono lastimero mientras me veía con arrogancia.

Dalia dejo sus cosas y trató de abalanzarse sobre ella pero la sostuve.

-“Francesca, gusto verte, tengo una remera de repuesto pero deberías hacerte ver de la vista, no vayas a caer de un precipicio al vacío…”-dije y su cara tan blanca como la leche se puso roja.

Francesca era hermosa, los rayos del sol iluminaban su pelo negro y parte de su rostro pálido, su esbelta figura y su millonaria familia hacían que fuera una de las abejas reinas de este lugar. Pero por alguna razón desde que ingresé este año me he visto como un blanco al cual atacar y suponía que en parte era por mi antepasado asiático y mi trabajo.

-“Mi vista está perfecta pero gracias Natt por la preocupación…”-dijo y junto a sus amigas también asiáticas se fueron con ella.

-“Esa perra, sabe que hoy es un día importante y te arruina la remera, ve mientras te alcanzo tu almuerzo…”-

-“¿Hoy es un día importante?.."-pregunte confundida.

-“¡Claro que sí! Yi Jinli vuelve hoy a hacer un anuncio, es el alumno estrella de esta universidad y se graduó antes de tiempo por su intelecto, se ha graduado con los mejores honores y ni hablar que es el CEO más ultramillonario de Asia y no olvidemos que es tan hermoso como un adonis y…”-

Tape la boca de mi amiga de pelinegra con mechas fucsias antes de que me doliera la cabeza con tanta información. Dalia y yo éramos mejores amigas de toda la vida y prácticamente habíamos crecido juntas toda la vida, sus padres eran italianos pero éramos vecinos de toda la vida en Rusia.

-"Okey, lo amas y eso, escuché que dentro de un rato habrá una reunión en la cancha de ejercicio, iré a cambiarme, por favor Dalia, alcanzarme mi desayuno…"-dije escapándome.

Camine por los pasillos hasta llegar a mi casillero, saqué mi ropa, no espere chocarme con alguien.