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Aunque el término correcto sería A/B/O, estos son híbridos de humano-sirena. Su principal característica es que son hombres con la capacidad de parir, y luego son separados en categorías: Alfa, Beta y Omega.
Sé lo que me dirás: "¡Espera, los Alfas no pueden parir! ¡No tienen útero!" Déjame decirte que has sido engañada por la "Élite Alfa". Pero no te preocupes, estamos aquí para informarte y contarte el origen y toda la historia que tiene el ABO.
Todo comenzó hace miles y miles de años, cuando las sirenas "gobernaban" la tierra y los mares. Estos seres, que eran la evolución de la hibridación del Eslabón perdido y la Siren {Salamandra}, eran considerados por los humanos como monstruos temerarios. Eran mitad humanos, mitad pez, y había de todo: de diferentes colores y formas. Algunos, en su forma de sirena, tenían branquias y color azul o verdoso en su parte humana, mientras que otros podían ser confundidos fácilmente con un humanos estas criaturas podían volverse completamente humanas, aunque aún se desconoce el porqué de esto, por lo que lo llamaremos "ciencia a descubrir" (magia).
"Tanto las sirenas como los tritones poseían la capacidad de dar vida. Eran seres increíbles que usaban su bello canto o su belleza para atraer a los humanos, ahogarlos y devorarlos.
Durante años, llevaron el control y fueron la cúspide de la evolución, pero algo las aterrorizaba: su punto débil, que tarde o temprano las llevaría a caer en desgracia: el fuego, el brillante y hermoso fuego.
Seguramente pensarás: "¿Cómo que el fuego?" Te cuento: las sirenas, al ver que las tormentas se acercaban, se refugiaban en cuevas o en las profundidades más oscuras. Los rayos y relámpagos las aterrorizaban por completo, quedaban congeladas y se volvían presa fácil. Los humanos, al ver que estas quedaban paralizadas al ver árboles arder en llamas por minutos para luego huir despavoridas, supieron que debían, sí o sí, buscar una forma de generar ese dichoso fuego.
En una lucha por sobrevivir, los humanos empezaron a evolucionar. Luego de miles de años, lograron conseguir ese tan ansiado logro que decidiría el rumbo de la historia para siempre, colocándolos por encima del resto de todas las especies, como amos y señores, de presa a depredador.