Ese príncipe es una chica: La compañera esclava cautiva del malvado rey
Destinada a mi gran cuñado
Enamorarme de nuevo de mi esposa no deseada
Demasiado tarde para arrepentirse: La heredera genio brilla
Novia del Señor Millonario
Ella se llevó la casa, el auto y mi corazón
Una esposa para mi hermano
Mi esposo millonario: Felices para siempre
La heredera fantasma: renacer en la sombra
No me dejes, mi pareja
—Prometo amarte y serte fiel todos los días de mi vida.
Una promesa sin ninguna verdad, una mirada falsa y un rostro con careta de humano, mientras le juraba amor eterno, Aina se condenó a ser la prisionera de una vida llena de maltratos, insultos y sin amor.
Aparte de haberle marcado la cara dándole una paliza también había matado ese amor que le tenía ella.
Todo comenzó cuando permitió la primera y la más dolorosa de las bofetadas, mientras él se divertía con otras, Aina lloraba en silencio como los miles de mujeres que sufrían de violencia doméstica. La bestia la había sometido a su antojo haciéndole sentir que no valía nada, pero lo que ella no sabía es que dormía con la mismísima muerte mientras sollozaba en silencio.
— Perdóname, mi amor, solo tuve un mal día — la misma excusa de siempre y como no, ella le perdonaba.
Y lo que sucedió aquel día, volvió a suceder de nuevo y ella le volvió a perdonar, pero cuando menos se lo esperaba y a punto de perder su vida, un ángel sin alas llamado Joel Egger aterrizó a sus pies sin previo aviso llevando su vida al límite y conocerá el verdadero significado del amor.
Estos cuentos no son eternos, tarde o temprano acaban terminando y a veces suelen llevarse a muchas víctimas inocentes y nadie dice nada por qué todos se callan y quedan en el olvido.
Señores hagamos constancia, el maltrato no es amor, no se debe perdonar y sobre todo no guardemos silencio por algo que vemos a diario y que cada día mueren mujeres a manos de sus esposos, novios, padres o incluso hermanos.