Mi familia Bestia

Mi familia Bestia

Gavin

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Capítulo

El rugido del oso pardo volvió a aterrorizar las montañas de Asturias, marcando el día de mi renacimiento. En mi vida anterior, ese sonido me llevó a una falsa esperanza y a la traición de quienes decían protegerme. Esta vez, con la memoria intacta, me negué a repetir los errores. Mi abuelo estaba en peligro, y solo yo podía salvarlo de la fiera que asediaba su casa. Diseñé un plan audaz y, a solas, me enfrenté al animal, que en realidad escondía un secreto atroz de mi hermanastra, Lucía. Logré rescatar a mi abuelo, pero la gratitud familiar fue reemplazada por una rabia incomprensible. Mi padre, Javier, apareció no para felicitarme, sino para condenarme. Ante los ojos atónitos de todo el pueblo, me abofeteó, me arrastró por el suelo y me desheredó públicamente, acusándome de causar todo el caos. Su madrastra, Isabel, y mi hermanastra, la verdadera culpable, Lucía, festejaban mi humillación con sonrisas ladeadas. ¿Cómo podía un padre, cegado por la devoción a su hijastra, rechazar a su propia sangre después de tanta valentía? La sensación de injusticia me perforaba el alma, dejándome sola y rota frente a la indiferencia de mi "familia". El silencio del pueblo era un eco de mi desesperación. Pero justo cuando la desesperación me paralizaba, las luces azules y rojas de la SEPRONA irrumpieron en la plaza. Lo que siguió no solo desenmascaró el robo del osezno por parte de Lucía, sino también la impactante verdad sobre una beca universitaria completa, mi billete a la libertad, que habían escondido. Con mis opresores bajo custodia y la verdad al descubierto, Sofía se enfrenta a un nuevo comienzo. ¿Podrá una joven renacida sanar sus heridas y construir un futuro lejos de las sombras de su pasado familiar?

Introducción

El rugido del oso pardo volvió a aterrorizar las montañas de Asturias, marcando el día de mi renacimiento.

En mi vida anterior, ese sonido me llevó a una falsa esperanza y a la traición de quienes decían protegerme.

Esta vez, con la memoria intacta, me negué a repetir los errores.

Mi abuelo estaba en peligro, y solo yo podía salvarlo de la fiera que asediaba su casa.

Diseñé un plan audaz y, a solas, me enfrenté al animal, que en realidad escondía un secreto atroz de mi hermanastra, Lucía.

Logré rescatar a mi abuelo, pero la gratitud familiar fue reemplazada por una rabia incomprensible.

Mi padre, Javier, apareció no para felicitarme, sino para condenarme.

Ante los ojos atónitos de todo el pueblo, me abofeteó, me arrastró por el suelo y me desheredó públicamente, acusándome de causar todo el caos.

Su madrastra, Isabel, y mi hermanastra, la verdadera culpable, Lucía, festejaban mi humillación con sonrisas ladeadas.

¿Cómo podía un padre, cegado por la devoción a su hijastra, rechazar a su propia sangre después de tanta valentía?

La sensación de injusticia me perforaba el alma, dejándome sola y rota frente a la indiferencia de mi "familia".

El silencio del pueblo era un eco de mi desesperación.

Pero justo cuando la desesperación me paralizaba, las luces azules y rojas de la SEPRONA irrumpieron en la plaza.

Lo que siguió no solo desenmascaró el robo del osezno por parte de Lucía, sino también la impactante verdad sobre una beca universitaria completa, mi billete a la libertad, que habían escondido.

Con mis opresores bajo custodia y la verdad al descubierto, Sofía se enfrenta a un nuevo comienzo.

¿Podrá una joven renacida sanar sus heridas y construir un futuro lejos de las sombras de su pasado familiar?

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