Las Vegas - E.E.U.U
Un mes antes de la boda
Estamos casados. Así como cuando vas a sacar dinero de un cajero automático, como no teníamos testigos, la siguiente pareja se ofreció a serlo, eran unas personas mayores, yo diría que, entre 40 y 50 años, se veían realmente enamorados.
Mi anillo es hermoso, Jacob me dijo que era de su madre y que siempre lo llevaba en un compartimiento de su billetera, me quedó perfecto. Para él, compramos un anillo de oro blanco liso que vendían en la capilla, extremadamente costoso.
Ahora soy la señora Wilding, suena tan extraño, pero Jacob no para de repetirlo y besarme.
— Señora Wilding, me encanta como suena — me dice — y me encantará mucho más, decírtelo mientras te follo — susurra mientras bailamos pegados, cada poro de mi cuerpo siente al suyo, y me toca sin parar por todas partes, no puedo pensar en otra cosa que no sea tenerlo dentro de mí, me he vuelto una ninfómana en una sola noche.
— Me muero por estar dentro de ti, hermosa — pasa sus labios por mi cuello — ¡Ahora!
— ¿Quieres que nos vayamos? — le pregunto mientras observo a unas chicas que han estado mirándolo y sonriendo desde hace algunos minutos, mi vientre se contrae — Necesito ir un momento a los aseos, vuelvo y nos vamos — le respondo, miro a las chicas y en un impulso, me inclino y paso mis manos por detrás de su cabeza y lo beso posesiva y salvajemente, quiero que esas chicas sepan a quién pertenece este hermoso, atractivo, alto y musculoso hombre, que tan solo con la mirada de sus verdes ojos me hace sentir mojada. Lo miro y le paso un dedo por sus labios antes de partir — Ya vuelvo — Susurro, mientras camino como si estuviera en una pasarela, solo para él, siento su mirada quemarme y sé que está concentrado mirando mi trasero, eso me excita sobremanera.
Gracias a Dios, el baño del bar es grande, hay una pequeña cola, entro y satisfago mis necesidades, antes de salir al tocador, escucho a unas chicas hablando de uno de los integrantes del grupo favorito de Alicia, mi mejor amiga, es que parece que a todo el mundo le gusta ese grupo y no entiendo por qué.
— ¿Lo has visto? Está solo en la barra — dice una de ellas — no puedo creerlo un integrante de Déjà vu aquí en el bar.
— Pero no mira a nadie — le contesta otra — ¡es que es tan lindo!
— A mí me encanta como canta — dice la primera — y como toca el bajo, sobre todo eso, me lo imagino tocándome otras cosas.
Las voces se alejan y puedo salir a lavarme las manos, extrañamente no hay nadie haciendo fila. Siento una fuerza que me empujaba y me hace regresar al cubículo del baño, cierra la puerta con pestillo y empieza a besarme salvajemente.
— ¡Jacob! — Le digo cuando me permite respirar— ¿Qué haces? – no me responde, me sigue besando como si no hubiésemos pasado las últimas horas teniendo sexo salvaje —Jacob, para por favor — A pesar de mis palabras, me muero de ganas por seguir besándolo, pero estamos en un baño público.
— Silencio hermosa — comienza a besar mi cuello y descender por mi pecho — No hagas ruido — dice mientras me besa un seno por encima de mi blusa, respingo y gimo bajito — tranquila — desciende mi blusa y deja mis pechos libres, los besa, con calma, levanta mi falta y toma mi trasero con fuerza mientras choca mi espalda contra la pared del baño, apoyo mi tacón izquierdo contra la tasa del váter y paso mis manos por su cuello, mis senos quedan al nivel de la boca de Jacob, quien continúa chupando y succionando. Siento sus dedos tirar de mis bragas, rasgándolas completamente, introduce dos de sus dedos con fuerza. Me toma por sorpresa y antes de que grite posa su mano libre sobre mi boca, muevo mi cabeza al sentir sus penetraciones e intento no caerme, Jacob presiona mi cuerpo contra la pared y se inclina descargando mi peso en sus rodillas, escuchamos a un grupo de chicas entrar y reírse, pero pierdo la noción de la realidad cuando escucho la cremallera de los jeans de Jacob, lo miro y lo beso con fuerza, estoy muy excitada y necesito que me penetre ahora mismo, no me importa donde estamos ni quienes puedan escucharme.
— ¿Lo viste? — Escucho levemente a una de las chicas, mientras siento el miembro de Jacob invadirme con potencia. Mi grito es ahogado por sus labios y su lengua que invaden mi boca.
— No podía creer que estuviera aquí — logro escuchar decir a otra chica — ¡Es tan guapo! — suspira, mientras yo ahogo mis gemidos en los labios de Jacob, me penetra con fuerza, sin tregua, besa mis senos y toca mi clítoris. Con una de mis manos intento sostenerme al lavabo y mi tacón, choca con fuerza contra la taza, Jacob intensifica sus embestidas y gimo más alto, gruñe y me muerde en el cuello con fuerza.
— ¡Jacob! — No logro quedarme callada y casi grito su nombre — él vuelve a tapar mi boca con sus manos y a penetrarme con fuerza — ¡Dios! — grito entre sus manos.
— ¿Escucharon eso? — Dice una de las chicas — Escuchen – las chicas hacen silencio en el preciso momento en el que Jacob presiona sus manos contra mis senos y comienza con mayor velocidad.
— ¡Dios si! ¡Más fuerte! — se me escapa, las sensaciones en mi interior crecen y necesito correrme.