En solo dos semanas La dimensión había cobrado fuerzas.
Los crímenes habían aumentado, el tráfico era cada vez menos controlable y la prostitución seguía siendo el principal pilar de la isla.
Dos semanas en las que la élite, después de la explosión había quedado divida en dos... Douglas y Miller.
Y luego estaba yo, la base de toda aquella guerra, en la que según el documento que había quedado asentado, y según el gemelo con el que me había casado, sería el bando al que pertenecería.
Luego de mi huida, nadie había podido reunir al consejo hasta que no volviera y tomara mi lugar en la isla.
En mis manos y en mi vientre estaban los destinos de todos, y en la estrategia de mi venganza la solución al caos en que se había convertido la vida de muchos.