PRÓLOGO
DESPUÉS
Antes de que llegara a mi vida, todo había sido monótono. Las dudas siempre me habían atormentado. Siempre había pensado en que simplemente se trataba de eso, luchar por lo que quieres para al final obtenerlo y triunfar. Cuando llegué a la ciudad me advirtieron de muchas cosas de las que debía de protegerme: no confíes, siempre duda, ten cuidado.
No me dijeron que tampoco tenía que confíarle mi corazón a alguien que desde un principio temí que fuera a ser mi perdición. Y lo fue.