El silencio ya no los protege. El sistema los ha detectado. Lucía Vega y Bruno Ortega desafiaron la regla más sagrada de NCA: no amar. Lo hicieron en secreto. Lo hicieron sabiendo el precio. Y ahora, ese precio está por cobrarse. Tras semanas de movimientos encubiertos, algo cambió: alguien los está observando. Julián Iriarte, el analista invisible, el guardián de lo no dicho, ha comenzado a trazar las líneas de una conspiración. Pero esta vez, no se trata solo de códigos ni informes manipulados. Se trata de una grieta emocional que puede destruir todo desde dentro. Lucía ya no es la mujer obediente que entró al sistema. Bruno ha dejado de obedecer mucho antes de admitirlo. Y entre ellos, arde un amor que no solo desafía al sistema: amenaza con volcarlo por completo. No hay retorno. No hay tregua. Solo máscaras que se rompen, pasados que vuelven como advertencia, y una guerra no declarada que podría cambiar las reglas del poder para siempre. Sobrevivir será resistir. Amar será traicionar. Y ganar... será destruirlo todo.
Lucía no durmió esa noche.
Tampoco lo intentó. Se sentó en el borde de su cama durante horas, con las piernas cruzadas y las manos apretadas entre sí, mirando fijamente la puerta cerrada de su habitación, como si esperara que algo -alguien- la atravesara de un momento a otro.
El aire reciclado olía a ozono y metal. Ese olor característico de los espacios sellados, donde hasta el silencio se sentía artificial. El reloj marcaba las 02:58. La pantalla de su tablet seguía encendida, proyectando un código incompleto sobre su escritorio. Nada más que una excusa para distraerse, para sentir que aún tenía control.
Pero no lo tenía. No desde hacía semanas. O tal vez nunca.
Bruno dormía a dos módulos de distancia, probablemente ajeno a la decisión que ella había tomado en silencio. Le había prometido que esperaría, que se mantendría dentro del plan. Que no haría movimientos imprudentes. Pero en su interior sabía que eso era mentira. O peor: una traición disfrazada de estrategia.
Pero esta vez, no se trataba de tácticas.
No era una misión.
Era personal.
Lucía se levantó cuando el cronómetro interno marcó el ciclo ideal. Sabía que las cámaras de seguridad del corredor del lado este tenían una micro interrupción de enfoque durante los protocolos de mantenimiento de las 03:40. Un detalle técnico que parecía irrelevante para cualquiera... menos para alguien que llevaba semanas buscando grietas.
Se movió rápido, como lo había entrenado durante años: pasos calculados, rostro neutro, espalda erguida. Ropa funcional, sin marcas. Se recogió el cabello en una trenza alta y metió un microdispositivo en el bolsillo interno de su bota izquierda, justo debajo del tobillo. Todo estaba medido. Todo menos la aceleración irregular de su corazón.
Mientras caminaba, repasó mentalmente la frase que repetiría si era interceptada: "Revisión de protocolos de respaldo, código OR-17, área Omega". Tenía la autorización adecuada. Una que había forjado días atrás con acceso temporal. Lo bastante limpia, como para pasar un escaneo superficial. Lo bastante sucia, como para volverse incriminatoria si alguien miraba de cerca.
El ascensor al Nivel Omega tardó once segundos en activarse. Suficientes para arrepentirse. Suficientes para escapar.
Pero no lo hizo.
La sala de respaldo de datos estaba vacía, como esperaba. Luz baja, paredes de acero anodizado, una consola secundaria encendida en modo espera. La interfaz parpadea en azul pálido. Había algo inquietante en el silencio de esa sala. Como si el sistema entero contuviera la respiración.
Lucía conectó el dispositivo y esperó. El archivo comenzó a transferirse: patrones de acceso manipulados, desvíos de tráfico interno, pruebas circunstanciales de un complot que aún no tenía nombre... pero sí rostro.
El suyo.
El de Bruno.
El de todos los que alguna vez pensaron que podían amar sin pagar el precio.
-Carga en curso: 34% -leyó en la pantalla, en voz baja, casi como un rezo.
Sintió el pulso en los dedos. En la base del cuello. En las sienes.
Respira. Mantén el control.
"Es por nosotros", pensó. Pero al mismo tiempo, supo que eso ya no era cierto.
Lo hacía por ella.
Por la Lucía que dejó de existir el día que aceptó ser parte de un sistema que le prometía estabilidad a cambio de silencio. Por la joven que una vez soñó con marcar una diferencia. Y por la mujer que ahora entendía que sobrevivir no era lo mismo que vivir.
-Sabes que, si haces esto, ya no hay regreso.
La voz no fue un disparo. Fue un estruendo. Como si ya hubiera esperado escucharlo.
Lucía giró lentamente. Lo supo antes de verlo.
Julián Iriarte.
Estaba apoyado en el marco de la puerta, sin armas, sin acusación directa. Solo observándola con esa expresión casi clínica, como si ella fuera un fenómeno a estudiar. Había algo en su postura que no era amenaza, pero tampoco consuelo.
Era advertencia.
-Ya crucé la línea hace mucho -respondió Lucía, con una serenidad que no sentía.
Julián no se movió.
-Pensé que sería él quien lo haría primero.
Lucía no dijo nada.
-No lo culpo. Lo entrenaron para la obediencia. A ti... te entrenaron para resistir -agregó con una sombra de melancolía en la voz-. El error fue pensar que no lo notaremos.
La pantalla detrás de ella parpadeó.
-Transferencia completa. Datos asegurados.
Lucía retiró el dispositivo y lo guardó sin apuro. Miró a Julián con más preguntas que respuestas, pero eligió solo una:
-¿Vas a detenerme?
Él la miró durante un segundo más largo de lo necesario. Luego negó, apenas.
-No hoy.
Silencio.
-¿Por qué?
-Porque alguien me miró así, una vez -dijo, con una voz que tembló, casi imperceptible-. Y no pude hacer nada por ella.
Lucía no preguntó quién. No hacía falta.
Lo supo en sus ojos. En ese cansancio antiguo que no se cura durmiendo.
Cuando Julián se fue, la sala pareció volverse más grande. Más vacía. Lucía se quedó ahí unos segundos más, procesando lo que acababa de hacer. No se sentía heroica. Ni liberada. Se sentía... real. Por primera vez en años.
Ya no era parte de la maquinaria.
Ya no estaba obedeciendo.
Había tomado una decisión. Consciente. Solitaria. Irreversible.
Y con eso, había sellado su destino.
No lo entiendo. No del todo.
No sé si vino a salvarme o a advertirme. Si me dejó ir por compasión, por estrategia... o porque en algún rincón aún le queda una chispa que recuerda lo que se siente estar del otro lado del miedo.
Vi algo en sus ojos. Algo roto. Algo que no se recompone con tiempo ni con lógica. Lo vi temblar por dentro. Fue solo un instante, apenas un latido, pero estaba ahí. Y me pregunto si en otra vida, en otro momento, Julián Iriarte habría sido alguien en quien confiar.
Quizás por eso me dejó pasar. Porque en mí vio a la mujer que él no pudo proteger.
Porque creyó que yo sí podría escapar.
¿Pero escapar de qué? ¿De NCA? ¿De este sistema infectado de lealtades falsas? ¿De Bruno? ¿De mí misma?
No estoy segura de nada.
Solo sé que crucé la línea. Y ahora lo sé con una certeza brutal: no hay regreso. Ni para mí, ni para él, ni para nosotros -si es que ese "nosotros" todavía existe.
Y sin embargo... cuando me miró, por un instante, no me sentí sola.
Me sentí vista.
No como una amenaza.
No como una ficha más.
Sino como alguien que eligió pelear.
Y eso, en este lugar, es lo más peligroso que se puede ser.
Camino al ascensor, pasó junto a un espejo de seguridad. Se detuvo un instante. Se miró.
No reconoció a la mujer que le devolvía la mirada.
Pero sí la respetó.
Capítulo 1 Línea de fuego
17/06/2025
Capítulo 2 La grieta
16/06/2025
Capítulo 3 El mismo nombre
16/06/2025
Capítulo 4 El umbral invisible
16/06/2025
Capítulo 5 Sospechas dentro de NCA
16/06/2025
Capítulo 6 Cicatrices invisibles
16/06/2025
Capítulo 7 Una noche posible
16/06/2025
Capítulo 8 La caída de Andrea
16/06/2025
Capítulo 9 Un mal momento
16/06/2025
Capítulo 10 El Juego del Supervisor Hidalgo
16/06/2025
Capítulo 11 Protocolo Cero
16/06/2025
Capítulo 12 Las Grabaciones
20/06/2025
Capítulo 13 La Casa del Silencio
21/06/2025
Capítulo 14 El Primer Informe
22/06/2025
Capítulo 15 Sospechas
23/06/2025
Capítulo 16 La Fractura
24/06/2025
Capítulo 17 La Amenaza
25/06/2025
Capítulo 18 La Negación
26/06/2025
Capítulo 19 El Encierro
27/06/2025
Capítulo 20 Interrogatorio Cruzado
28/06/2025
Capítulo 21 La mirada de Lucía
29/06/2025
Capítulo 22 La Señal
30/06/2025
Capítulo 23 El Auditor
01/07/2025
Capítulo 24 Afuera
02/07/2025
Capítulo 25 Zona Neutral
03/07/2025
Capítulo 26 Lo que vi
04/07/2025
Capítulo 27 La voz que no calla
05/07/2025
Capítulo 28 La purga silenciosa
06/07/2025
Capítulo 29 El ejecutivo y la puerta abierta
07/07/2025
Capítulo 30 La grieta en la cúpula
08/07/2025
Capítulo 31 Punto de No Retorno
09/07/2025
Capítulo 32 La Elección
10/07/2025
Capítulo 33 La señal equivocada
11/07/2025
Capítulo 34 La Infiltración
12/07/2025
Capítulo 35 Cortafuegos
13/07/2025
Capítulo 36 Parte del sistema colapsa. Pánico interno
14/07/2025
Capítulo 37 Un escuadrón va tras Bruno
15/07/2025
Capítulo 38 Algunos se rebelan. NCA empieza a fracturarse
16/07/2025
Capítulo 39 La Variable Controlada
17/07/2025
Capítulo 40 La Fuga
18/07/2025
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